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Parentescos versales (incluido en Grupo Fundacional de Verso )

Queremos  encontrar en este escrito  los parentescos naturales –ahora veremos que sentido damos a este término‒ entre los diferentes tipos de verso.

 

El parentesco buscado se encuentra –como tantas otras cosas‒ en el ritmo. El ritmo a partir de los pies acentuales o cláusulas en que el verso puede dividirse. Ahora bien, no podemos considerar como período rítmico el llenado únicamente por las sílabas del verso, sino que ha de completarse con el espacio temporal asignado a la pausa versal. De esta manera, muchos de los parentescos o asociaciones encontrados en la práctica literaria quedarán esclarecedoramente justificados.

 

Comenzando por cláusulas binarias, de dos únicos tipos, trocaico (óo) y yámbico (oó), las asociaciones naturales son aquellas que se adaptan a uno de esos tipos. El trocaico precisa al menos de tres silabas, dos de la palabra llana típica y la pausa: óo-: o sea se comporta como pies dactílicos catalécticos, como “/Daban-/cánticos/tristes-/pena_y-/luz - -/”, o sea versos disílabos y períodos trisílabos. En cambio el yámbico da lugar a versos distintos: “/Y daban- /los cánticos /tan tristes -/sus ayes -/”, o sea versos trisílabos y períodos tetrasílabos.

 

El paso a mayor número de pies o cláusulas nos conducirá al mismo efecto:
   trocaicos                     verso                 período                período             verso       pies yámbicos
           1                            2                           3                          4                           3            1
Tt       2                            4                           5                          6                           5            2
           3                            6                           7                          8                           7            3  Hy
Ot      4                            8                           9                          10                         9            4
          4                            4                           5                          12                        11           5 Ey

Así encontramos ya los versos más frecuentes en nuestra lengua. Y ahí aparecen en columnas iguales y filas cercanas, es decir, con igual tipo de cláusula, los frecuentísimamente emparentados heptasílabo y endecasílabo: silvas, liras, estancias... asimismo los también emparentados en la literatura octosílabos y tetrasílabos. Ahora bien, los períodos de la primera pareja son 8 y 12, fácilmente divisibles en grupos de 4, o dos yambos, correspondiendo 3 al endecasílabo y 2 al heptasílabo. La eufonía rítmica consagrada por la tradición queda así justificada, aclara, iluminada por la sencillez rítmica que acopla ‘naturalmente’ ambos tipos de verso. Los períodos de la pareja tetrasílabo-octosílabo, 5 y 9 respectivamente, no son tan fácilmente asimilables, lo que puede reflejar su menor éxito.

 

En todo caso el cuadro anterior muestra que tetra, hexa, octo y decasílabos están emparentados entres sí por un lado (véase coplas de pie quebrado) , mientras que penta, hepta, enea y endecasílabos lo están por otro (véase silvas y estancias), Asimismo debe verde la Seguidilla. El hecho complementario es la ausencia de parentesco, llamémosla Extrañeza, entre versos de opuesta cláusula bisílaba: Heptasílabos y Octosílabos son extraños entres sí, lo que en efecto queda reflejado en la práctica, pues rara vez aparecen juntos ambos versos, salvo en el llamado verso libre, y aún así, raramente. Su cercanía en efecto, podría resolverse considerando el verso yámbico como dotado de anacrusis y el trocaico como privado de ella, al modo en que también lo considera Navarro Tomás –con cuyos postulados nos mostramos de acuerdo en bastantes puntos–.

         1           2            3             4             5             6            7            8           

        Las        al          tas          cúm        bres        lu            cen         -            
         -            co        mo          tan          tos          mon        tes          -            
 
o bien
 
        1             2           3            4             5             6           7              8           9         10
        -            Las        al           tas          cúm        bres       lu           cen         -           -
       co          mo        tan         tos          mon        tes         al            tos          -           -
 

es decir, se selecciona un número entero de cláusulas en las que ambos verso caben con su pausa, y se sincronizan en los tiempos marcados. Aquí quedan re-emparentados –podríamos decir con un parentesco no natural, no ‘de sangre’, el heptasílabo con el hexasílabo, con período 8 o con el octosílabo con período 10.


En este caso de parentesco por cláusulas o por grupo silábico de 3, nos encontramos con un enlace entre octosílabo y endecasílabo de gaita gallega.

Y cuando se compone por pies (como hace Goethe en su Faust, o Rubén Darío en su poema Los motivos del lobo, por ejemplo), entonces, naturalmente, se relacionan versos con un número variable de pies, desde 1 a varios, 5 o 6 como máximo porque para más se pierde la noción del verso.

Parentescos varios se encuentran en las Églogas de Garcilaso.

Vea ahora más en Parentescos Versales II.

 


Vuelta al Principio    Última actualización: jueves, 11 de enero de 2018     Visitantes:contador de visitas