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Supersintaxis y superentaxis  (incluido en Grupo Fundacional de Verso )

Decididamente surge con fuerza, se impone a si misma, esta noción: frases que son piezas evidentes de una estructura mayor, revelada por el sentido y por la entonación. Ya lo apuntábamos en nuestro proyecto de Recitación Griega, donde lo llamábamos párrafo. Aparecía asimismo en Estructura del habla

Nos plegamos a esta noción avasalladora, a sabiendas de que ‒como tantas veces‒- incurrimos en heterodoxia gramatical. Adelante, como siempre.

En esa posible gramática nos encontraríamos en un estadio similar al de algunas visiones biológicas en las que conceptos tradicionales como "especie" o "género" dificultan la obtención de cadenas filogenéticas fluidas. Recordamos un naturalista de la Société Mycologique de France, que decía que no había ni especies ni géneros, sino  sólo "taxones", lo que vendría a significar en esta supuesta supergramática la consideración única de sintagmas de mayor o menor nivel en un árbol infinitamente alto por encima, y detenido, eso sí, abajo, en el morfema como elemento más bajo de la sintaxis (lo que implica meter la morfología dentro de la sintaxis).

Ya en Entonación de frase nos surgían entonaciones que ligaban frase (texto separado por puntos) en un todo entonativo. Y era esa entonación la que nos hacia desechar la puntuación ‒limitada, arbitraria‒,  ante cuya autoridad el oído y la gramática deben rendirse:  porque en efecto

se perciben unidades superiores a la frase.

De ahí nuestro título que alude a instancias superiores del par simbiótico sintaxis-entonación, nuestra entaxis, concepto elaborado con más detalle en entax21.

Nos surgía otro ejemplo al intentar desentrañar los alambicados razonamientos del teatro de Calderón, en Amar después de la muerte. I-3. Clara, hija del ofendido Malec:

Déjame, Beatriz, llorar
en tantas penas y enojos;
débanles algo a mis ojos
mi desdicha y mi pesar.
Ya que no puedo matar
a quien llegó a deslucir
mi honor, déjame sentir
las afrentas que le heredo,
pues ya que matar no puedo,
pueda a lo menos morir.

que reorganizamos (intercalando además  aclaraciones entre paréntesis) en siete sintagmas como:

Beatriz, déjame llorar en tantas penas y enojos;
mi desdicha y mi pesar débanles algo a mis ojos (que al llorar sirvan a la pena).
Ya que no puedo matar a quien llegó a deslucir mi honor,
déjame sentir (llorando) las afrentas que le heredo (se ofende a su padre, de quien es heredera),
pues ya que matar no puedo,
pueda a lo menos morir (de tanto llorar?).

La puntuación refleja dos frases, una en la primera redondilla, otra en los versos restantes de la décima.

Ahora bien el sentido nos indica que el segundo sintagma explica el primero; y los dos siguientes abundan y amplían a los anteriores.; y los dos últimos asimismo abundan y amplían, bien los dos anteriores, bien todos.

Es decir las relaciones semánticas entre sintagmas (son oraciones) implican una estrecha relación entre ellos que podemos llamar sintáctica ‒o supersintáctica‒, porque enlazan unidades de sentido.

La entonación consagra esta relación imponiendo ‒porque no es opcional‒ una subordinación entre ellas que se marca mediante rangos o tesituras de la entonación cuya diferencia refleja la jerarquía relativa.

En la figura se representan cuatro unidades descendentes, tipo oración neutra, entre las que se dan relaciones de subordinación (bajada de registro):

2 se subordina a 1, 4 a 3, y el conjunto 3-4 se subordina a 1-2.

encontramos pues una organización paralela que refleja una estructura sintáctica paralela; y la subordinación del segundo grupo al primero refleja además una dependencia semántica: en efecto, esa segunda parte explica, abunda, refuerza la primera. de modo que sintaxis, entonación y significado coexisten reforzándose unas a otras.

Tiempo.

Hay una connotación inherente a la frase: representa, describe, ocurre en un solo instante, se actualiza en un cierto presente al acabar de formularse. Esto lo realiza entácticamnete la entonación descendente, que unifica temporalmente esa parte del texto.

Consecuentemente, las subidas que puedan producirse en ese transcurrir connotan rupturas de tiempo que devienen momentos diferentes cuando la subida llega al nivel que podríamos llamar nivel de principio de frase, en principio igual que  el de la frase anterior.

Tema

Podemos considerar que la supersintaxis se genera cuando el hablante quiere tocar un tema. Para ello debe encontrar un hilo conductor que vaya desarrollando en aportes sucesivos lo que quiere decir sobre aquel probablemente sin una organización previa de todo, sino, por el contrario, empezar por algún punto e ir añadiendo aspectos hasta que se sienta satisfecho con el aluvión de aportes. Estos aportes son claro está, frases y oraciones. Debe pues el hablante encapsular so que quiere decir en unidades sintácticamente correctas, frases que ira enlazando mas o menos sutilmente mediante a la entonación.

Puede el hablante siempre elegir entre pocas frases largas o muchas cortas: como puede llenarse un cubo de arena con pocas paladas grandes o muchas pequeñas. Comos e ve, la sintaxis particular de las frases empleadas queda anegada, subsumidas ‒con una <cierta ductilidad o flexibilidad en la elección‒ en la supersintaxis del tema desarrollado, el párrafo.

Enlaces entre sintagmas y entonemas

En general podemos plantear la entaxis de nuestro árbol sintáctico en una búsqueda sistemática de las realizaciones tonales o entonativas que realizan (hacen audible y perceptible para el oyente) los enlaces entre sintagmas.

Estos enlaces son muy variados, so la sintaxis, por decirlo así. Es posible que no haya una forma tonal de enlace entre nombre y verbo ‒por ejemplo sujeto y verbo‒ pero es sugerente la idea de que ese enlace, diferente funcionalmente del que se da entre verbo y complemento directo, debería, o puede que tenga, una realización tonal diferente.

Hemos encontrado la inferioridad tonal como signo de dependencia o subordinación. Otro entonemas son, con el anterior:

1. Nivel general:  subordinación o preeminencia antecedente-consecuente, causa-efecto, pregunta-respuesta, paralelismos,...

2. Cambio de tesitura:  citas, personajes

3. Cambio de nivel melódico: paréntesis, apartes..

El tiempo, transcurrir inherente e icónico.

Hay un elemento, factor o circunstancia que aparece más notable, más presente en la supersintaxis: es el tiempo. la sucesión de frases ligadas lleva aparejada un transcurrir paralelo del tiempo de lo narrado. De manera pues retórica (la forma dice también) se refleja en esa superfrase el devenir, menos ‒aunque también‒ en la frase.

Subí al árbol. No se veía nada. Por el Oeste salió el sol. Era magnificente. Los pájaros empezaron a cantar, y la niebla se disipaba. Nadie todavía. Creo que me quedé dormido, porque entonces me sorprendió la presencia, debajo mismo, de quienes esperaba tan ansiosamente. Eran tres....

Para quien escribe, todo esto es una superfrase ‒o dos‒ que refleja el devenir de sucesos contiguos y relacionados, un supersuceso, podemos decir.

 


Vuelta al Principio     Última actualización: viernes, 18 de septiembre de 2015    Visitantes: contador de visitas