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Estructura dramática I
Los conflictos que oponen a los personajes de un drama –sin conflictos no hay drama– pueden disponerse en un esquema como los que se aplican a las estructuras, estructuras en sentido matemático, y también como las usadas en antropología y en cualquier disciplina o método de pensamiento. Todo son estructuras en realidad, ya que las definimos como:
conjunto –de elementos– relacionados –por relaciones–.
Es decir una definición tautológica o de Perogrullo, ya que siempre hay relaciones de algún tipo entre un conjunto arbitrario –o sea, una agrupación de cosas elegida libremente.
La estructura E pues consta del conjunto de elementos C, y el conjunto de relaciones entre cada par de elementos de C, conjunto que llamaremos R. E es pues una pareja de conjuntos, en la forma
E = (C, R )
Apliquemos ese esquema a La vida es Sueño calderoniana. Representando C en este caso para los personajes más destacados:
Estructura básica de la 'La vida es sueño' Las relaciones no son nunca conmutativas: por ejemplo, la relación de Segismundo con Basilio al principio, que llamaremos rSB, y que podemos simplificar como odio, no es igual a la inversa, rBS, que simplificamos también como temor.
En el esquema podemos además enfatizar con líneas gruesas las relaciones potentes, importantes, y lo contrario. asimismo podemos cambiar de color esas líneas: suave para relación buena, duro para relación mala. De este modo un solo vistazo al esquema muestra y revela los conflictos básicos del drama.
El esquema quedaría incompleto si no incluimos lo que podemos llamar relaciones-de-los-personajes- consigo-mismos, o sea algo equivalente a su naturaleza básica, su actitud, su carácter.Por otra parte estas relaciones deben cambiar para que ocurra algo, el drama se desarrolle y se desenlace. Si no hay tal cambio por lo menos en uno de los personajes, el drama sería un cuadro estático, una imagen sin movimiento y sin, probablemente, interés ni emoción.
Escribamos pues esas relaciones entre los seis personajes principales de la Vida es Sueño, en forma de cuadro de doble entrada, en la que el personaje de la izquierda es el que siente la relación con el personaje de arriba –incluyendo las autorrelaciones–, separando con una flecha el antes y el después de esas relaciones.
Segismundo Rosaura Basílio Clotaldo Astolfo Estrella Segismundo iracundo, sabio, se compadece, se desdeña ————> se modera, harmoniza ama, desea ———> renuncia odia, lucha ———> vence, perdona enseña respeto ————> combate, vence, respeta desdén ————> combate, vence, casa gusta ————> desposa Rosaura pide ayuda, teme, lucha ————> vasalla se compadece, valiente —————> satisfecha? acompaña en lucha ———> amor filial, pide ayuda ————> consigue ama regaña ————> consigue sirve, celos ––––> no sirva ni celos Basílio teme, encierra ————> lucha, sumisión aprende, corona nada especial no hay apenas realción se cree muy sabio ———> ve que erró respeta manda ————> sigue estima ¿sucesor? estima ¿sucesor? Clotaldo encierra, educa ————> combate, vasallo protege salva, quiere ————> acepta sirve defiende fiel, discreto ————> sigue, acepta hija combate nada Astolfo rivaliza combate seduce, ama desdeña ————> acepta, repara respeta ayuda combate ambicioso, noble ————> se conforma, repara rivaliza gusta Estrella nada ————> desposa emplea, celos respeta pretende nada rival gusta ambiciosa. ——> reina Como se ve por estas esquemáticas (e incompletas, sí) relaciones, hay personajes que experimentan grandes transformaciones en algunas de sus relaciones, principalmente Segismundo, mientras que otros quedan más o menos como estaban en la mayoría de sus relaciones, como Estrella. El primero es el gran protagonista, la última un personaje menor. Y esta importancia relativa se traduce en una mayor participación en el drama –más líneas de texto– , una mayor complejidad del carácter, etc.
Estos esquemas estructurales aclaran el todo de la obra, por un lado, por el otro proporcionan los objetivos de cada personaje, y por tanto mucho de la expresividad y actitud –pragmática– de su texto, y por lo tanto y además, gran parte de su subtexto, actitudes, movimientos, expresiones, etc.
Juzgamos el esquema estructural una preciosa herramienta para el director, el actor, y el espectador.
II-
Estructura Dramática II
Según vimos en la primera entrega de este tema, las relaciones entre personajes cambian. Cambia también el sistema de relaciones que les unen –o separan–, sean estos cambios los que les hacen cambiar, o viceversa; en realidad, todo cambia, evoluciona, aunque en el drama, universo teórico, formalizado, cada cambio tiene su momento y lugar.
Si simplificamos mucho, podemos admitir que la estructura definida antes:
E = (P, R )
cambia en el drama a otra que sería
E’ = (P’, R’ )
o sea, una estructura E' formada por un par de conjuntos, P’, formado por elementos que son los de antes –los personajes– variados, y R’, las nuevas relaciones entre ellos. R’ relaciona ahora los elementos de P’, personajes variados en algún sentido (algunos pueden desaparecer).
Luego, en su máxima simplicidad y esquematismo, un drama en una estructura cambiante, formada por dos elementos ordenados –sucesivos-:
D = ( E , => , E’ )
donde E y E’, quedan definidos arriba, y guardan entre sí la relación de orden temporal ‘=>’: E ‘precede a E’.
Dilucidar ese cambio –evolucionario o revolucionario– será indispensable para poner de manifiesto el drama en el montaje y representación de la obra, en el Teatro.
Ahora bien, estos cambios, los de P y R, tienen que resultar evidentes, o sea necesarios, para la debida intelección del drama. No caben cambios gratuitos, han de justificarse mediante sucesos, acontecimientos o el contexto, que pueden –lo hacen con frecuencia– provenir de la propia evolución de las relaciones R: los choques o conflictos entre los elementos de P, se saldan con heridas, o con la muerte.
Por lo tanto poner de manifiesto lo que hace cambiar es también indispensable, y previo, al mostrar los cambios de personajes y relaciones.
Por ejemplo, en una representación rural de la Pasión (Soutomayor, Pontevedra, 2003), los concurrentes –y agentes– a la crucifixión de Cristo, tras la muerte de éste, pasan de increparle y despreciarle, a exclamar “¡Verdaderamente era hijo de Dios!”. Los espectadores no podían en rigor comprender las razones del cambio; quien esto escribe se volvió a una beata y mostró su extrañeza: la beata creyó que bromeaba, pero, conociendo bien el guión, me y nos dio la clave: la muerte de Jesús estaría acompañada de truenos y otros fenómenos atmosféricos, lo que explicaba todo. El montaje había puesto algunos fuegos artificiales a ese fin, pero este ingenuo espectador falló en reconocerlos como truenos y rayos metafóricos. Quizá no se produjeron en el momento adecuado, no sabemos.
Hay que proporcionar pues las razones y circunstancias de lo que acontece en en el drama, so pena de inconsistencia e incomprensión.
III.
Gráficos para una estructura dramática
He aquí un gráfico que permite las relaciones de todos con todos (lo particularizamos para algunos personajes de 'Amar después de la muerte', de Calderón):
En él, unos personajes tienen ligaduras sólidas con algunos de los otros, tenues con otros e inexistentes o casi con unos terceros.
Si un grupo tiene esas tenues relaciones con otro grupo, entonces tenemos algo así como dos dramas paralelos, es decir, no está bien trabada la trama. Véanse algo más sobre esta obra en Amar después de la muerte. Estructura II.
Vuelta al Principio Última actualización: viernes, 21 de noviembre de 2014 Visitantes: