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Textos para curso en Bogotá II. Teatro-4: Tuzaní. (incluido en Grupo Fundacional de Verso)
Para nuestro segundo curso de Bogotá, recopilamos escenas de verso dramático.
Estilo barroco lleno de intrincadas razones de amor y honor. Sentimientos elevados, expresión elegantísima y difícil. Hay que comprenderlo bien y decirlo muy bien, y clarito, para que el espectador se entere y guste esa belleza.. Bellas décimas. Cada una viene a ser un párrafo unitario en métrica y en acción, propósito, significado, actitud. Todo eso hay que hacerlo y decirlo además para reflejar las muchas bellezas de este texto.
Se comienza con décimas en la primera parte, calma y triste. Después redondillas, en la agitada y tumultuosa.
Como hemos hecho en otras escenas, retocamos levemente el texto para eliminar personajes ocasionales, así, asignamos a Clara el aviso que la criada Beatriz de que viene su señor (Malec). Fundimos escenas alternadas, escamoteando la intermedia, que queda reflejada en una voz en off de Clara que acepta un casamiento con el ofensor Mendoza.
Dos personajes (pues), Álvaro Tuzaní y Clara Maleca.
Amar después de la muerte o El Tuzaní de las Alpujarras. Pedro Calderón de la Barca . Acto I. Escenas IV-V Contexto. Malec. caballero cristiano morisco es injuriado por Mendoza, cristiano viejo (viejo de casta) La hija de Malec, Clara, queda también injuriada; está enamorada de Álvaro, también cristiano morisco, que a su vez la ama; y al enterarse de la ofensa, viene a proponerle casamiento. Pero Clara tiene problemas de honor y de amor....Hay conflicto e incomprensión entre ellos... (Sale D. Álvaro). ÁL: Por mal agüero he tenido,CL: Déjame, Beatriz, llorar
en tantas penas y enojos;
débanles algo a mis ojos
mi desdicha y mi pesar.
Ya que no puedo matar
a quien llegó a deslucir
mi honor, déjame sentir
las afrentas que le heredo,
pues ya que matar no puedo,
pueda a lo menos morir.
¡Qué baja, naturaleza
con nosotras se mostró,
pues cuando mucho, nos dio
un ingenio, una belleza
adonde el honor tropieza,
mas no donde pueda estar
seguro! ¿Qué más pesar,
si a padre y marido vemos
que quitar su honor podemos,
y no le podemos dar?
Si hubiera varón nacido,
Granada y el mundo viera
hoy, si con un joven era
tan soberbio y atrevido
el Mendoza, como ha sido
con un viejo... Y por hacer
estoy que llegue a entender
que no por mujer le dejo;
pues quien riñó con un viejo,
podrá con una mujer.
Pero es loca mi esperanza.
Esto es solamente hablar.
¡Oh, si pudiera llegar
a mis manos mi venganza!
Y mayor pena me alcanza
verme ¡ay infelice! así,
porque en un día perdí
padre y esposo, pues ya
por mujer no me querrá
Don Álvaro Tuzaní.
cuando ya en nada repara
mi amor, haber, bella Clara,
mi nombre en tu boca oído;
porque si la voz ha sido
eco del pecho, sospecho
que él, que en lágrimas deshecho
está, sus penas dirá:
luego soy tu pena ya,
pues que me arrojas del pecho.
CL: No puedo negar que llena
de penas el alma esté,
y andas tú en ellas, porque
no eres tú mi menor pena.
De ti el cielo me enajena:
¡Mira si eres la mayor!
Porque es tan grande mi amor,
que tu mujer no he de ser,
porque no tengas mujer
tú, de un padre sin honor. ÁL: Clara, no quiero acordarte
cuánto respeto he tenido
a tu amor, y cuánto ha sido
mi respeto en adorarte;
sólo quiero en esta parte
disculparme de que así
haya entrado hoy hasta aquí,
antes de haberte vengado;
porque haberlo dilatado
es lo más que hago por ti.
Que aunque en las leyes del duelo
con mujer no se ha de hablar,
y aunque puedo consolar
tu pena y tu desconsuelo
con decir a tu desvelo
que no llore y que no sienta;
porque la acción que se intenta
sin espada (mayormente
cuando hay justicia presente)
ni agravia, ofende ni afrenta;
de uno ni otro me aprovecho,
mas de otra disculpa sí,
y es decir que entrarme aquí
antes de haber satisfecho
(pasando al Mendoza el pecho)
a tu padre, acción ha sido
cuerda; porque recibido
está que no se vengó
bien del ofensor, si no
le dio muerte el ofendido,
si no es que su hijo sea
o sea su hermano menor:
y así, para que su honor
hoy imposible no vea
la venganza que desea,
una fineza he de hacer,
que es pedirte por mujer
a don Juan: y así, colijo
que en siendo una vez su hijo,
le podré satisfacer.
Sólo a esto, Clara, he venido;
y si me tuvo hasta aquí
cobarde en pedirte así,
haber tan pobre nacido;
hoy que esto le ha sucedido,
sólo le pida mi labio
su agravio en dote: y es sabio
acuerdo dármele, pues
ya sabe el mundo que es
dote de un pobre un agravio.
CL: Ni yo, Don Álvaro, espero
acordarte, cuando lloro,
la verdad con que te adoro
y la fe con que te quiero.
No intento decir que muero
hoy, dos veces ofendida,
no que a tu afición rendida,
no que en amorosa calma
eres vida de mi alma
y eres alma de mi vida;
que sólo dar a entender
quiero en confusión tan brava,
que quien fuera ayer tu esclava,
hoy no será tu mujer;
porque si cobarde ayer
no me pediste, y hoy sí,
no quiero yo que de ti,
murmurando el mundo, arguya
que para ser mujer tuya,
hubo que suplir en mí. Rica y honrada pensé
yo que aún no te merecía;
mas como era dicha mía,
solamente lo dudé:
Mira cómo hoy te daré
en vez de favor castigo,
haciendo al mundo testigo
que fue menester, señor,
que me hallases sin honor
para casarte conmigo.
ÁL: Yo lo intento por vengarte.
CL: Yo lo excuso por temerte.
ÁL: Esto, Clara, ¿no es quererte?
CL: ¿No es esto, Álvaro, estimarte?
ÁL: No has de poder excusarte...
CL: Darme la muerte podré.
ÁL: ...que yo a don Juan le diré
mi amor. CL: Diré que es error.
ÁL: Y eso ¿es lealtad?
CL: Es honor.
ÁL: Y eso ¿es fineza?
CL: Esto es fe;
pues a los cielos les juro
de no ser de otro mujer,
como mi honor llegue a ver
de toda excepción seguro.
Sólo esto lograr procuro.
ÁL: ¿Qué importa si...?
CL: Mi señor (mirando fuera)
sube por el corredor
con mucho acompañamiento.
Retírate a este aposento.
ÁL: ¡Qué desdicha!
CL: ¡Qué rigor!
(Éntranse Clara y Älvaro por lugares diferentes) (Pausa)( "Sí querré (Se oye a Clara decir)
y así, seré su mujer"):
(Pausa. Sale Clara)
CL: Ahora que a un aposento
se han retirado a escribir,
podrás, Álvaro, salir.
(Sale D.Álvaro)
AL: Sí haré, sí haré, y con intento
de no volver a ver más
alma tan mudable en pecho
tan noble; y el no haber hecho,
cuando la muerte me das,
un notable extremo aquí,
no fue respeto, no fue
temor, gusto sí, porque
mujer tan baja...
CL: ¡Ay de mí!
AL: ...que a un tiempo, con vil intento,
fe injusta, estilo liviano,
ofrece a un hombre la mano
y a otro tiene en su aposento,
no me está bien que se diga
que nunca la quise bien.
CL: La voz, Álvaro, detén,
a que un engaño te obliga;
que yo te satisfaré
con el tiempo.
AL: Éstas no son
cosas de satisfacción.
CL: Podrán serlo.
AL: ¿No escuché
yo que la mano darías
hoy al de Mendoza?
CL: Sí;
pero no sabes de mí
el fin de las ansias mías.
AL: ¿Qué fin? Darme muerte. Advierte
si hay disculpa que te cuadre,
pues él agravió a tu padre
y a mí me ha dado la muerte.
CL: El tiempo, Álvaro, podrá
desengañarte algún día
que es constante la fe mía,
y que esta mudanza está
tan de tu parte...
AL: ¿Quién vio
tan sutil engaño? Dí,
¿no le das la mano?
CL: Sí.
AL: ¿No has de ser su mujer?
CL: No.
AL: Pues ¿qué medio puede haber...
CL: No me preguntes en vano.
AL:...Clara, entre darle la mano
y entre no ser su mujer?
CL: Darle la mano, quizá
será traerle a mis brazos,
con que le he de hacer pedazos.
¿Estás satisfecho ya?
AL: No; que si él muere en tus lazos,
dejará ¡ay Dios! al morir
muy desvalido el vivir,
porque son, Clara, tus brazos
para verdugos muy bellos.
Pero antes que (ya que sea
ése tu intento) él se vea
ni aun para morir en ellos,
curaré de mis desvelos
yo con su muerte el rigor.
CL: Eso ¿es amor?
AL: Es honor.
CL: Esa ¿es fineza?
AL: Son celos.
(Vanse)
Vuelta al Principio Última actualización: Thursday, 20 de February de 2014 Visitantes: