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La acción como entrega total (incluido en Grupo Fundacional de Verso )
Hablábamos del Sueño... por RSC, Y comentábamos aspectos varios del montaje.
Pero yendo hacia los actores se aprecian cualidades excelentes. Una es la profunda seriedad, la entrega total al acción. Ante ello, nadie es ajeno, como decía el sofista. Los actores entran y salen, y nos hacen salir y entrar como magos, les seguimos y hacen de nosotros lo que quieren,
Se recrea esto en la obrita dentro de la obra, el teatro dentro del teatro, que representan los cuatro patéticos. Pese a la burla y desden iniciales, todo de buen tono y talante con estilo y alta educación, e incluso durante la representación, se intercalan momentos de profunda seriedad, como las muertes de Píramo y de Tisbe. Las emociones eternas de amor y muerte tocan a los aristócratas blasés,, de modo que el gordo Píramo, ridículo y viejo, entra y sale de la obrita y de la emoción en la obra, al manejar a los aristócratas y a nosotros.
En pasos sucesivos todos son serios, todos sienten las campanadas como llamadas eternas de gran significación y trascendencia.
Actuar debe ser eso: poner la vida entera, apostarla en ese momento, y sintiendo esa vida pulsar en una forma, uno, el espectador, dice 'si' jubiloso, porque su vida también se ve arrastrada..
Ya incluso no importaría el texto, sólo la apuesta vital, ver la naturaleza hecha arte, como decía la frase famosa.
Por cierto, tras escribir esto leo en Grotovsky algo parecido, aunque él preconiza el teatro pobre y la RSC parece teatro rico. Mas la entrega es grande en ambos casos.
Y para que esa entrega sea efectiva y enganche, hay que quitar todo lo que sobra (Grotovsky), es cierto, quitar los impedimentos, como quita Miguel Ángel del bloque de piedra lo que sobra del Moisés que está dentro. Se quitan los automatismos físicos, los gestos manidos y absorbidos por la televisión, el cine y los políticos. Se quitan los automatismos emocionales, los sentimientos aparentes, los convencionalismos del sentir. Se quitan las ideas fijas, heredadas, pasivas. Es decir, se pasa por los procesos de Decantar Refinar Hatrmonizar en las parcelas o centros alegorizados en The Chariot
Y se descubre la frescura de ser. Y entonces eso se pone al servicio del momento, del momento de la acción y eso es un rito crucial, un acontecer memorable, un suceso trascendental. Y sólo porque sí, porque está ahí, como el Everest del alpinista.
Y así, ay dos mío, así tendrían-podrían-deberían ser todos los momentos de la vida.
Vuelta al Principio Última actualización: sábado, 14 de septiembre de 2013 Visitantes: