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El Stop  (incluido en Grupo Fundacional de Verso )

Hablábamos en el ego del actor de ese personajón que todos llevamos dentro, el cual, entre muchos otros perjuicios, impide al actor la ocupación momentánea por un personaje, el meollo de su oficio.

Veamos ahora una técnica tradicional para detectar en sí mismo ese personajón, una primera o previa etapa en el  camino para eliminarle.

Como nuestro personajón –o ego– está ligado –lo mismo que el teatro– a nuestra acción, a nuestros movimientos, se trata de percibirlo en acción, es decir, durante un movimiento. Y como uno mismo no puede ser al mismo tiempo experimentador y sujeto, es necesario alguien que desde fuera, inesperadamente nos ayude a esa percepción.

Ese alguien, en el curso de una lectura, un movimiento, un ir de un sitio a otro, exclama repentinamente: ¡Para! o ¡Stop!. Quien oye esto, uno o un grupo se congela en su actual posición y actitud en ese instante, sin recomponer, equilibrar, sin modificar lo más mínimo su estar en ese momento (en las películas de acción se dice "Freeze!/¡Congelate!" en vez del ¡Arriba las manos!).

Este pararse repentino nos presenta sobre todo a nosotros mismos, en medio de esa mala actuación que suele ser nuestro comportamiento habitual. percibimos entonces a nuestro ocupante habitual, nuestro parásito, y podemos comenzar a conocerle y, tras vencer un horror al vacío heredado de la física, comenzar a decirle que se vaya, gentil o bruscamente.

Una pequeña aplicación en la palabra es ayudar a conocer nuestra habla habitual: si paramos una frase en el medio, mediante una orden externa de ¡Para!, oiremos nuestro tono en ese instante y podremos usarlo para encabalgar con el resto de la frase en un verso siguiente. Diferenciaremos así esta entonación natural de la en las primeras etapas de la educación versal de usa al encabalgar, un soniquete infantil que viene a ser una puntuación inexistente.

La técnica del Stop nos llega de Gurdieff quien a su vez parece que la tomó de algunas órdenes sufíes como la de los llamados Buscadores de la Verdad. (decimos al parecer, porque las informaciones que proporciona G. son, a menudo, alegóricas).

 


Vuelta al Principio Última actualización: sábado, 14 de septiembre de 2013 Visitantes: contador de visitas