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Articulaciones (incluido en Conversaciones con Felix Sierra)
La articulación puede definirse como la manera de unir varias notas sucesivas entre sí creando así un grupo y simultáneamente separándolas de los grupos vecinos. La articulación estructura temporalmente la línea melódica (acompañada o no de harmonía) haciéndola inteligible al modo en que varias palabras se unen en una frase.
Hay propiedades de las notas que crean ya grupos, como ocurre con las células rítmicas y las músicas acompasadas (cuyo ritmo cuadra bien en un compás).
Pero aquí hablamos de unas uniones que no tienen porqué coincidir con los esquemas rítmicos, y, de hecho, muchas veces los contravienen.
Hemos hablado de estos a temas en Metrica estricta y metrica amplia Las unidad articulatoria que puede y suele llamarse frase, si es larga, o motivo, si es corta, suele realizarse enfatizando la contigüidad de las notas articuladas conjuntamente y debilitando esas contigüidades en sus notas extremas. Esto viene indicado en la partitura con una ligadura que cubre las notas implicadas y, perceptivamente, emerge el grupo, como una unidad frente a las demás unidades.
De modo que, la percepción concibe la melodía como un conjunto de estas frases y no es capaz de percibir independientemente una nota sino en relación con sus hermanas de articulación.
Estas frases de articulación o articulaciones pueden, como decíamos, coincidir con la estructura rítmica o encabalgar con ella creando un desencuentro que añade complejidad a la melodía y a la vez crea unidades métricas mayores, ya que la articulación ejerce de charnela de unión.
Las articulaciones tienen en sí mismas una estructura generada por los matices de intensidad su duración y, quizá, por su tono. El candidato de líder de la articulación suele estar en medio, creándose una especie de foco con un prefoco y un postfoco. Verifiquemos esta hipótesis con más detalle.
La razón de lo anterior reside en que el foco no puede estar al principio porque no tiene contexto previo respecto al cual sucede, ni al final, porque el énfasís del foco tiene que estar rodeado de elementos menos enfáticos para destacarse.
Ahora bien, quizá no podamos confundir articulación con frase, elemento, este último, estructural de mayor envergadura, quizá.
Por ejemplo, en la 40 de Mozart, que comienza: mib re ré - mib re ré - mib re ré, SIb - sib la sól - sol fa míb - mib re dó -.
aquí, sin tener a mano la partitura, podríamos admitir qwue en esta posible articulación de todo, el sib sería el foco, considerado, al menos como frase.
Rebuscando entre las partituras llegamos a un preludio de Debussy, el diez del primer cuaderno (La catedral sumergida), donde una serie de acordes asciende hasta un punto álgido, que queda suspendido en varias ocasiones, o se repite. En el primer caso, el foco ocurre al llegar a ese punto álgido y el postfoco es su prolongación como nota sostenida, que pierde protagonismo poco a poco, porque sirve de harmonía a un motivo en el bajo. Cuando la nota álgida se repite, el foco es su primera aparición, siendo sus repeticiones la cola. Todo dentro de la vaguedad impasíble de la obra, que no sugoiere perfiles muy concretos. En los compases 14 y 15 se produce un foco agudo, casi exactamente en el medio de la ligadura. Parece pues que esta partitura nos revalida nuestra hipótesis.
De todas maneras, sí que lo dicho conviene mejor a la frase que a la ligadura, porque a veces ese foco de frase, sobre todo en las largas, aparece franqueado por dos ligaduras, que toman aquí un carácter de foco y postfoco, respectivamente.
Por otra parte, la ligadura escrita cubre muchas funciones, como unir notas de igual altura en una sola, enfatizar motivos, movimientos de arco en la cuerda y legati en cuerda y viento. En la canción, además, se emplea para señalar los melismas sobre una sílaba.
Cuando una partitura o música no se articula, se limita a una sucesión de notas sin sentido, no se comprende; eso ocurre cuando uno comienza a familiarizarse con ella. Es decir, la articulación es una necesidad psicológica para concebir la música misma, una manera de unir la gran cantidad de notas en unos pocos grupos que sólo entonces la hacen concebible e inteligible. Otra similitud con la sintaxis del habla, de hecho, la articulación es un creador de sintaxis en la melodía, sea o no harmonizada, en solista o en orquesta.
Una nota determinada debe pertenecer a una articulación o a la siguiente. Extraordinariamente puede pertenecer a ambas, en una especie de juego de sorpresa. Incluso, a veces, como en el ejemplo de Debussy, una ligadura acaba en una nota de un acorde, mientras que otra del mismoa acorde, pertenece a la siguiente, como si la primera se clavara en la segunda.
¿Nos proporciona lo anterior una guía para articular una melodía cualquiera? Intentémoslo.
Nuestro primer hallazgo es pequeño pero sólido: no podemos hacer ligaduras muy grandes ni muy pequeñas. Se trata de articular grupos que sean comprensibles, que sean transmisibles.
De modo que una segunda regla sería que una frase de diseño complicado será más corta, en general, que una de diseño sencillo o repetitivo.
Si escuchamos el comienzo de la Pastoral (Sexta beethoveniana), aunque hay mil matices, puede organizarse en dos articulaciones, siendo la primera (la sib re do - sib la sol do) cuyo foco puede ser el do agudo central, seguido por una pequeña pausa, y la segunda (fa sol la - sib la sol), y su foco el la, también seguido de una pequeña respiración o micropausa. Podrían dividirse más, pero la articulación propuesta conserva la inteligibilidad de ambos grupos, refleja su parentesco (más bien de oposición, en este caso) con lo que podemos convenir que _Beethoven nos da la razón (nunca dijimos que estas páginas iban a ser modestas).
Cuando hay frases habladas como en un recitativo (tomemos el recitativo número 15) y vemos que las dos oraciones del principio las realiza Bach de la manera antedicha con un punto álgido y las une con un ilativo ""und" ("y"), en dos arcadas melódicas unidas por sus punts bajos, que corresponden a nuestro modelo de articulación. Parece pues esta organización sintáctica algo natural en las sucesiones, sean palabras, sílabas o notas. Toch (La melodía) alude a algo parecido cuando preconiza en las buenas melodías una subida hasta la cima seguida de la bajada, que considera más cortas, la mitad de la subida.
Tiene que ver esta subida, con una subida de tensión, lo que hemos llamado en otro lugar tensión expresiva, hasta el climax, seguido de una distensión relajante. Nótese que la organización de tipo arcada, similar al pico, parece natural en esta óptica, ya que una serie de subidas sucesivas o bajadas sucesivas nos llevaría fuera del rango admisible, sea este psicológico, tonal, rítmico etc. Así que la arcada viene a ser una especie de célula natural universal para hacer sintaxis.
¿Qué más reglas?
Vuelta al Principio Última actualización: Thursday, 21 de February de 2013 Visitantes: