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Ritmo y violencia (incluido en Otras conversaciones)

Es posible poder decir el verso violentamente sin romper el ritmo. Para ello se hace uso de una métrica amplia que consiste en conservar los puntales o mojones métricos ‒las marcas rítmicas principales‒ y agrupar alrededor de ellas las palabras con sentido de tal modo que se atiende al ritmo, a la expresividad y por supuesto a la sintaxis realizada mediante una melodía que la refleja.

Esto soluciona textos que por su significado, sí, pero también por su sintaxis y su métrica, sugieren este tipo de tratamiento versal. Hay energía y hasta violencia.

Sí, también por la métrica porque la presencia de numerosos acentos contrarrítmicos de encabalgamientos muy forzados sugiere la violencia citada y por lo tanto excluye ya otras opciones artísticas o actorales que serían por otra parte muy legítimas.

Como se ve la métrica se sale de su papel habitual, un mero receptor pasivo de sílabas y metros y deviene partitura también de la acción.

Hay que recordar, como decíamos en VERSO EN ACCIÓN, POR FIN-1 que este atrevimiento despierta mil muecas y rechazos en actores y directores. De hecho hoy al menos extraña. Estupendo porque eso significa que estamos cambiando la situación.

Como ejemplo de lo anterior he aquí dos intentos de primera mano, a voz de pronto, que intentan reflejar lo anterior. Antes de escucharlos aceptamos sanas críticas como son la falta de impulsos intermedios en el texto, la voz forzada y estrangulada y otras cuestiones más sutiles. Pero entiéndase que se trata de mostrar una herramienta, una posibilidad rítmica no habitual en estas páginas y que sin embargo practicada con mesura, es decir englobada en fragmentos más tranquilos y por lo tanto contrastantes, resulta efectiva y amplía nuestra  La paleta sonora.

Se trata de los comienzos de los parlamentos de Rosaura y de Segismundo, respectivamente.

Por lo menos a nosotros nos ha permitido resolver fragmentos de los que nunca nos habíamos sentido antes satisfechos, como el principio de "La Vida es Sueño". Esta vigorosa entrada comienza, nos parece, de manera rotunda ‒y hasta gallarda‒ la obra, mientras que otras entradas más suaves pasan de alguna manera desapercibidas. Pero quede como importante únicamente el recurso rítmico expresivo que estamos comentando.

Oído que fue este parlamento por Ernesto, Concha y Vicente fue elogíado como posible y actoral por todos. Me someto al veredicto.

 


Vuelta al Principio  Última actualización: viernes, 18 de septiembre de 2015  Visitantes: contador de visitas