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Parsimonia (incluido en Grupo Fundacional de VersoNo, no me refiero con esta palabra a una actitud inalterable y calma; ni a una serie de acciones realizadas de manera no apresurada.
Me refiero a esa virtud fundamental del Arte, junto a las anteriores y más básicas Unidad y Variedad, que consiste en evitar todo elemento no indispensable, en realizar las cosas con el mínimo gasto posible, sin alharacas, sin exceso. Se parece a la economía, pero no a la avaricia, pues esta se priva de lo necesario. No así la parsimonia, que se parece a hacer lo adecuado, ni más ni menos. Virtud como se ve nada brillante, pero con una calidad intrínseca que la hace muy valiosa a medio y largo plazo.
Todo gran arte la posee y toda violación de ella nos hace fracasar un hecho artístico: una melodía, una escena, un cuadro, una decoración, un plato de cocina, en fin, todo.
Así pues la moderación y la economía servirán para ser mucho más efectivo al hacer arte que sus opuestas, que fatigan rápidamente, sobre todo al discreto.
Por ejemplo, una pausa activa no puede prolongarse más de lo necesario: ir más allá paraliza la acción y rompe el encanto que pudiera haberse creado.
Un gesto puede ser muy conveniente para apoyar y acompañar una acción, preceder una palabra; su exceso caricaturiza, lo que, salvo en géneros como payaso o esperpento, sobra. Pero incluso en estos géneros que podemos llamar exagerados hay un control y una dosificación. No son gestos al azar, sino medidos, significativos, incluso codificados como en los teatros orientales de India, China y Japón.
Tiene que ver con esto de la parsimonia el trío de etapas Decantar, Refinar, Harmonizar, sobre todo con la primera.
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actualización:
14 septiembre 2013 Visitantes: