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Nueva Etapa (incluido en Conversaciones con Enrique Tomás)
Al cumplirse un año de estas conversaciones, con buen resultado ‒creemos‒, y con el añadido de dos botellas de buen Rueda, nos planteamos por dónde seguir una vez desarrollado el algoritmo de autodisimilitud y aplicado para el proyecto 'Fin de Carrera' de Enrique.
Para el tiempo que viene se trata de comenzar en serio a conocer desde dentro los mecanismos eternos del lenguaje musical, como son conocer en profundidad y desde dentro el efecto del tono y sus constructos (el intervalo el primerísimo de ellos) y por otro lado el ritmo y su estructura arborícola.
Otro dominio dificilísimo por su grandeza es el de la forma, musical en este caso, para la que en ausencia de la casi eterna sonata y de la cuasíeterna ópera que proporcionaban estructura y argumento a la obra, hay quizá un cierto desconcierto. Investigar en la forma y su teoría permitirá comprender mejor las existentes y planear quizá otras nuevas, algo necesario para el compositor, pese a la universalidad y cuasí eternidad del tono y ritmo en la música, sobre todo el segundo, qué duda cabe que habrá que buscar otros rasgos o variables sonoras (¡perceptibles!) que puedan permitir la fabricación de música (el timbre es un candidato ya actual y hasta cierto punto trivializado con la informática que casi todo lo puede).
En relación con lo anterior, conviene abordar también el estudio de algunas obras de algunos compositores importantes del siglo XX (los tres últimos cuartos) para entender su lenguaje y estética porque mucho nos tememos que siguen tan remotos para el oyente medio como entonces.
La algorítmica y su implementación informática deben también tener un papel en la época que comienza para poder plasmar en sonido alguna de las ideas que vayan surgiendo. Siempre nos interesará desarrollar la inteligencia artificial para que entre en el arte artificial.
MAPATONE hasta ahora es una herramienta catálogo-muestrario podría servir para ello. Un camino de inmediato desarrollo es la microtonía, que conocimos en nuestra breve instancia en el Mozarteum en su vertiente analítica occidental, aunque la llevábamos dentro en la oriental. Desarrollar no obstante la microtonía en MAPATONE no es sólo la facilísima emisión de intervalos pequeños, sino la elaboración de un gramática y estética para tal música, empresa quizá formidable. Oír e implementar microtonía en Mapatone será útil como refinamiento del oído e interesante por sí misma.
Otro tema a abordar puede ser el de la interfase entre música e instrumento, cómo accionarlo, qué modificaciones cabe en la interpretación, cómo sacar a instrumentos antiguos o nuevos una paleta novedosa que pudiera abrir el campo de la interpretación, el instrumento y la música conjuntamente. Algo parecido al piano preparado que ya cumplió su función. Todo esto es en definitiva un estudio de la acústica musical de antiguos y nuevos instrumentos expandiendo sus posibilidades.
Relacionado con esto es el accionado de los instrumentos, que hasta ahora consiste en golpearlos básicamente, pasando a un control quizá más sutil. La adopción de sensores diferentes (recordemos el Théremin) permitiría ese accionado.
Enrique sugiere otro camino diferente: puede ser la aplicación de técnicas de síntesis de habla a la música, especialmente el método de los difonemas, (que habría que llamar de los dialófonos para ser precisos, vease Letras, fonemas y sonidos del habla) entendido como grabar y concatenar no sólo notas estables sino las transiciones presentes en glissandos, trinos, en pulsar la cuerda con la mano izquierda en un instrumento de cuerda. La concatenación suavizada de estos difonemas musicales proporcionaría una música más verosímil en la simulación. A este respecto recordamos una pieza premiada compuesta hace unos años que empleaba extensivamente los golpes de las válvulas de una flauta en la tímbrica de una obra. asimismo es necesario implementar síntesis de palabra por concatenación de alófonos o dialófonos, con regulación del tono mediante concatenación de períodos. implementar en ella un modelo fino de prosodia será también un trabajo muy interesante.
Conviene además como formación básica estudiar prácticamente materias de lingüística práctica como son sintaxis, fonología y fonética, prosodia, entonación y verso por sus indudables conexiones con la música y por ellas mismas. Desde luego el comprender bien la organización sintáctica de una frase o párrafo contribuirá a crear un segmento musical con una vigorosa estructura, aunque esto hay que probarlo.
Otras tareas a emprender, tareas que podrían aprovechar otras líneas de interés previas: crear una música con aleatoriedad controlada mediante la variable entropía enlazando esta magnitud y la música mediante la conocida fórmula que relaciona la entropía de un suceso según su probabilidad (- p * log ( p ) ). Se trata de asignar a rasgos o conjunto de rasgos musicales esas distribuciones entrópicas y crear evoluciones entrópicas con sentido musical.
Por último queda la tarea ya antigua de comprobar eso de que la estructura de la Ofrenda musical bachiana corresponde, no se sabe de qué manera, al libro sobre la música de Arístides Quintiliano: comprobar o refutar. Mientras tanto el tema está en suspenso y no se puede ni afirmar ni negar.
Vuelta al Principio Última actualización : viernes, 18 de septiembre de 2015 Visitantes: