En Frase cantada tratamos ese tema fundamental en el canto: la relación entre música y texto. Al abordar el estudio de una misa de Guerrero, Misa escoutez, comenzamos a remarcar en la partitura la sílaba acentuada tal como escribimos, acentuando, el texto latino de la Misa.

Y, además de la expresividad e inteligibilidad que adquiere el texto, que se 'alza bravamente contra la tiranía musical' y se impone como motor de aquella, o al menos, inspirador, encontramos otra notable característica: el ritmo combinado de esas sílabas acentuadas en cada una de las voces, más frecuentemente no coincidentes que sí, crea un verdadero ensemble rítmico, con la riqueza del son cubano o de los grupos africanos (del mismo origen ambos, por cierto). Esa polirritmia se había ya percibido en algunas de las Villanescas del compositor, pero la encontramos aquí también, en la misa citada. Y pensándolo bien, es lógico, ya que ella glosa La guerre. Marignan de Jannequin, obra extraordinariamente rítmica mediante silabas y onomatopeyas contrapuestas según se aprecia en esa página.

Veamos como Bartoli canta la palabra omnípotens en 'Dómine Déus, Réx caeléstis, Déus Páter omnípotens', dentro del Gloria de Vivaldi. Nótese el énfasis en el acento sobre las otras sílabas, lo que hace a la palabra muy inteligible y expresiva, El énfasis consiste en este caso en un aumento de la intensidad, un timbre claro (alejado de la vocal neutra schwa) e incluso un vibrato. La altura tonal y la duración, otros importantes rasgos del acento, vienen dados por la partitura, pero en este caso conviene, porque el tono es más alto que las sílabas vecinas y la duración algo mayor, asimismo. Un acento pues perfecto.

A ese destacar del acento en el canto tendemos con ahínco en esta época (2015, acabando).

Vuelta al Principio Última actualización: miércoles, 11 de noviembre de 2015 Visitantes: