Volvemos sobre la vieja idea ‒espejismo‒ de la libertad en el arte, al comentar una idea de nuestro coordinador de Verso en los cursos para un elenco joven en la CNTC, Vicente Fuentes... perdón, ahora Doctor Fuentes.

¿Libertad en el el Arte? Veamos eso con cuidado. En la figura adjunta encontramos un complicado entramado de segmentos rectos formando figuras y esquemas. Pero enseguida se echa de ver que todos los segmentos son paralelos a unas pocas direcciones en el plano, 8 por más señas; y que las distancias entre segmentos contiguos paralelos toman sólo dos valores. Además se presentan numerosas simetrías, de eje y de centro, giros y otras semejanzas. Es decir, la figura está sometida a numerosas limitaciones, o sea, faltas de libertad, en ángulos, distancias y parecidos.

¿Hemos perdido posibilidades? Sí y no. Entre la infinitad de valores de los parámetros geométricos de la figura sólo se han adoptado unos pocos. Esas limitaciones o reglas, voluntarias, nos han traído algo precioso: un estilo. ¿Y qué hemos perdido?, Una infinitud de imágenes y diseños, confusos, torpes, desasosegantes, inharmónicos, aunque eso sí. Libres, muy libres.

¿Entonces?. Entonces habrá que admitir que el arte no busca en principio libertad, sino estilo, reglas. Pero paradójicamente, ese estilo y sus reglas potencias la imaginación y la creación: porque el estilo proporciona guías fecundas para desarrollar formas nuevas a partir de las antiguas, O sea que el estilo proporciona inspiración, y más, que aquella libertad de selva. El jardín proporciona arte, la selva no, aunque de ella puedan extraerse mil estilos de jardín: el inglés, el francés, el italiano, el japonés: todos estilos llenos de reglas.

No quiere eso decir que el estilo sea inmutable, no. Pero sí que a partir de un estilo puede derivarse otro cunado el primero parece agotado en sus posibilidades. No otra cosa significan los capiteles sucesivos dórico, jónico y corintio. La recta va dejando paso a la curva, y el segmento grande al pequeño. La evolución acaba ahí porque el proceso no puede acentuarse más, la línea se atomiza y desaparece.

Todas las arte caminan así. Todas ven sucederse estilos basados unos en otros, con mucha evolución y poca, si alguna revolución.

La pintura informal deriva de la figurativa de manera natural. Si de contempla la obra de Kandinsky o Picasso se advierte la evolución rigurosa que desemboca en el arte abstracto.

Ya tocamos este tema en Emoción y forma y también en Arte: entre el orden y el desorden