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Textos para curso en Bogotá. Teatro (incluido en Grupo Fundacional de Verso)

TEXTOS para el CURSO de VERSO en BOGOTÁ-2006. I. Teatro

Para nuestro cursito de Bogotá, hemos compilado estos versos dramáticos. En varias lenguas para mostrar la similitud esencial y formal entre ellos Los ofrecemos sin marcar las estrofas, ni decir autores o géneros o tipos de verso. Como ya hemos dicho en otros lugares, en el propio texto versal se contiene la información necesaria para llevarlo a la vida –al sonido. De modo que corresponde al alumnado encontrar y añadir toda esa información. Y si no puede, de poco le servirán las informaciones citadas, porque con frecuencia deberá encontrarlas por si mismo en textos teatrales o líricos editados sin cuidado.

Corresponde pues a los alumnos determinar y escribir las longitud o longitudes silábicas de los versos en cada poema, las rimas y la configuración en estrofas que configuran, incluso combinado intervenciones de distintos personajes (líneas compartidas) , y marcar esas estrofas para poder pausar y cambiar talantes tras cada una.

Hay varias lenguas y épocas, para mostrar la identidad esencial de todo decir rítmico. Los acentos circunflejos representan sílabas largas, de duración doble o triple que las demás: es métrica cuantitativa.

Podemos prometer al que comprenda bien estos versos (si conoce la lengua) y alcance a recitarlos bien, que habrá dado un paso de gigante en el deleitoso camino del arte. Del Arte.

 
ROB:     ¡No podía menos ser,
            porque es una Policena!
           ¡Tal es ella!
CAM:     Bien podéis escarnecer,
            mas, ¡juro a Dios!, que ni Elena
            fue tan bella.
ROB:     ¡Algo será más hermosa
            Flérida!
CAM:     ¿Quién? ¿Aquélla?
            ¡Assaz de mal!
            ¡Por Dios, vos estáis donosa!:
            comparáis una estrella
            a un pardal.
ROB      ¡Mucho os desmandáis vos!
CAM:    ¿Queréislo vos demandar?
ROB:     ¿Sois cavallero?
            Si lo sois, juro a Dios
            que os haga yo tornar
            majadero.
            ¿Y en Flérida habláis vos?
            Nadie es dino de vella
            ni osamos,
            porque nos defende Dios
            que no pensemos en ella,
            que pecamos.
 
       Tu virtud he confirmado;
        que no apetecer tu edad
        muestra bien la calidad
        de ese pensamiento honrado.
        Seré de hoy más, pues me honra
        tanto el saber que te igualo,
        un padre de tu regalo
        y un alcaide de tu honra.
       Y dándome Dios salud,
        esta misma barba anciana
        servirá de barbacana
        al fuerte de tu virtud.
        Y si esta nieve no trata
        bien el juvenil decoro,
        juntado a tus hebras de oro
        estos cabellos de plata,
        supliré en regalo y galas
        los defectos de la edad.
FE:     Con tu honor y calidad,
        señor, mis años igualas.
 
        Cosas son que el escrúpulo más leve
        dentro de mí, ni aun a pensar se atreve.
        Y así, aqueste retiro,
        donde la luz del sol apenas miro,   
        lúgubre será esfera
        en que, engañando lo que vivo, muera.
        Estancia será esquiva
        en que, burlando lo que muero, viva.
        El sol, Narciso de carmín y grana, 
        desde el primer fulgor de la mañana
        al paroxismo de la noche fría
        adonde espera el parangón del día,
        no me ha de ver la cara,
        si ya con luz no se penetra avara   
        a esta mansión adonde
        mi profanado pundonor me esconde.

        Que aunque en las leyes del duelo
        con mujer no se ha de hablar,
        y aunque puedo consolar
        tu pena y tu desconsuelo
        con decir a tu desvelo
        que no llore y que no sienta;
        porque la acción que se intenta
        sin espada (mayormente
        cuando hay justicia presente)
        ni agravia, ofende ni afrenta;
        de uno ni otro me aprovecho,
        mas de otra disculpa sí,
        y es decir que entrarme aquí
        antes de haber satisfecho
        (pasando al Mendoza el pecho)
        a tu padre, acción ha sido
        cuerda; porque recibido
        está que no se vengó
        bien del ofensor, si no
        le dio muerte el ofendido,
        si no es que su hijo sea
        o sea su hermano menor:
        y así, para que su honor
        hoy imposible no vea
        la venganza que desea,
        una fineza he de hacer,
        que es pedirte por mujer
        a don Juan: y así, colijo
        que en siendo una vez su hijo,
        le podré satisfacer.

C:         Pues si no amáis a mi prima,
             ¿cómo asistís tanto aquí?
J   :       Eso es señal que os estima
             la libertad que os rendí
2445              y en vuestros ojos se anima,               
             porque como no sabía
             dónde vivís y me abrasa
             vuestra memoria, venía
             por instantes a esta casa,
                  creyendo que os hallaría             
             alguna vez en ella.
C:         Es
             lindo modo de excusar  
             vuestro amor.
J:          ¿Excusar?
C:         Pues,
             ¿había más de preguntar
2455                por mi casa a doña Inés?      
J:      Fuera darla celos eso.
C:     No quiero apurar verdades,
        don Juan. Que os amo os confieso
        y que vuestras sequedades
2460              me quitan el sueño y seso.
 
        Yo nací el año de sesenta, y fueron
        el duque y la duquesa mis padrinos,
        cuyas Albas tal luz a España dieron.
        Héme hallado en jornadas y caminos,
        que si fuera de bronce me acabaran.
        En fin, señoras, somos hoy vecinos.
        Mucho los viejos una casa amparan;
        los mozos son polilla de la hacienda,
        que unos a andar comienzan y otros paran.
        Mi edad no es bien vuestra virtud ofenda;
        que estoy muy ágil, fuerte, como y duermo,
        y sé a un caballo gobernar la rienda.
       Yo pienso que en mi vida he estado enfermo;
        sólo mano enemiga me ha sangrado,
        y un desafío público en Palermo.
        Ese hijuelo que tengo es bien crïado,
        mañana le darán una bandera,
        y un hábito le tengo negociado.
        No dará pesadumbre.
F:        ((A Dios pluguiera
        que ya estuviera en casa!)
C:       Finalmente,
        se irá Fernando por momentos fuera.
       Salen los rayos del señor de Delo
       dorando el monte y esmaltando el prado,
       y del arroyo, por la noche helado,
       vuelven reflejos a su mismo cielo.
       Esparce el ave por el viento el vuelo,
       en nudoso redil bala el ganado,
       marcha al son de las cajas el soldado
       por julio al sol, y por diciembre, al hielo.
       Alégrase la mar, de espumas cana;
       y por cuanto sustenta el cielo y cría,
       vive de nuevo en viendo la mañana.
       Y levántome yo, Lucinda mía,
       al sol de tu hermosura soberana,
       porque en tus ojos amanece el día.
Y esta segunda jornada
fin tendrá en un furibundo
eclipse, en que todo el Sol
se ha de ver casi difunto.
Al último parasismo
se verá el orbe cerúleo
titubear, borrando tantos
paralelos y coluros.
Sacudiránse los montes
y delirarán los muros,
dejando en pálidas ruinas
tanto escándalo caduco.
Y empezará la tercera
jornada, donde hay anuncios
que habrá mayores portentos,
por ser los milagros muchos
de la Ley de Gracia, en que
ociosamente discurro.
Con lo cual en tres jornadas,
tres leyes y un estatuto,
los hombres dividirán
las tres edades del mundo;
hasta que al último paso
todo el tablado, que tuvo
tan grande aparato en sí,
una llama, un rayo puro
cubrirá porque no falte
fuego en la fiesta... ¿Qué mucho
que aquí, balbuciente el labio,
quede absorto, quede mudo?

 

 


Vuelta al Principio     Última actualización:  Thursday, 21 de February de 2013  Visitantes: contador de visitas