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SEMÁNTICA, SINTAXIS (incluido en el Libro del Habla de la Poesía y del Teatro)

Semántica Pura

 En busca de lo específicamente semántico, desligado, si es posible, de lo sintáctico, se nos ocurre que a ello aluden los conceptos chomskianos de estructuras profunda y superficial, los cuales corresponderían respectivamente a semántica ‒significados‒ y sintaxis ‒construcción concreta.

Busquemos con gran cuidado esa pura semántica: para ello, necesitamos definir su estructura, es decir, qué elementos se combinan, y cómo lo hacen.

En cuanto a los elementos, pedemos aceptar que en todos y cada uno de los elementos sintácticos reside una cierta significación: desde luego, los sustantivos y verbos lo tienen de manera , podemos decir, plena y clara. Pero otras partículas o elementos lexicos lo albergan también: adjetivos, adverbios,  califican, modifican a los anteriores, y ello es posible porque su significado se mezcla, de alguna manera con los de ellos. Preposiciones, conjunciones, interjecciones(?) conllevan también ideas, de unión, oposición, cercanía, situación, etc. cuyos significados se adosan, se combinan igualmente con otra partículas léxicas.

Léxicas o morfológicas (esa parte de la sintaxis hecha semántica): todo morfema añade algo de significado al resto de la palabra, sea esta simple o compuesta de otros morfemas; así que dentro del lexema, coexisten, ‒en estructura, mínima ésta‒. Los componentes morfémicos. 

Estructuras formales

 Estas nociones de elementos enlazados (combinados, mezclados) han sido recogidos en el concepto ya formalizado de Estructura, concepto en el que el Estructuralismo se basaba:

Una estructura consiste en dos conjuntos, uno de elementos y el otro de relaciones o enlaces entre esos elementos. En la Fig.1. vemos tal estructura para un primer conjunto de 4 elementos y un segundo conjunto de 6 enlaces, todos los posibles entre los elementos. Numeramos unos y otros con índices respectivos i y j, que varían respectivamente entre 1 y 4, y entre 1 y 6.Así: 

S = { E, L ]          E = {ei },   1 =< i <= 4         L = { lj },  1 =< j <= 6                (1)

 Esta noción de estructura poseía el atractivo y utilidad de que abstraía la construcción, el esqueleto de grupos encontrados en diferentes dominios de conocimiento (antropología, matemáticas, zoología, arte...) Y subrayaba su identidad formal a través de su aparente diversidad. Por ejemplo la estructura familiar en cada cultura puede analizarse de esta manera y encontrar que concuerda con las relaciones de unas notas dentro de un acorde musical.

    Retornando a la lingüística, nos encontramos con la pretensión de encontrar la forma de  estructurarse que los significados tienen en el lenguaje.

Tomemos varias palabras, que denominaremos lexemas ‒sucesiones de letras separadas por blancos o espacios de escritura. Naturalmente consideramos su correspondiente realización mediante el habla, su emisión como idéntico o intercambiable su forma escrita (nótese que primero vino la forma hablada, dotada de significado, la cual paso a escribirse, separada por blancos, de otras: los significados elementales se aislaban mediante espacios, que devenían así límites o fronteras en ese mapa semántico ‒hubo y hay, otras fronteras, que veremos).

Tenemos que notar que, pese a que los significados residen en los lexemas, no son idénticos a ellos: se trata de dos fenómenos diferentes, uno es un concepto o idea, mental, intemporal, y el otro un suceso, que ocurre (se dice, se oye, se escribe, se entiende) lo largo del tiempo. Otra vez el concepto dual saussuriano signifiant-signifié, que llamaremos aquí lexema-semantema [1].

El semantema no es atómico, indivisible: está compuesto de significados aún más simples, que llamaremos semas. Por ejemplo, el semantema asilla@ contiene los semas [sentado, uno, respaldo, cuatro patas sin vestir] que lo separan de otros como [taburete], [sillón], [sofá], [mesa].

    Esta subestructura del semantema con semas como elementos es particularmente interesante ahora para nosotros, ya que a través de ellos se articula, se construyen las estructuras o al menos algunas de ellas) que emplean los semantemas como elementos ‒o sea, los significados complejos ‒estructurados‒que conllevan los sintagmas, las oraciones, las frases, etc.

Por ejemplo, Ayo me siento en la silla@ enlaza los lexemas de la oración mediante los semas [uno, sentado, hacer], algo así como Ayo hago sentado a mi en silla@.

Red Semántica

     Notamos que también los semas son susceptibles de composición y por tanto de subdivisión: [sentado] puede ser considerado como compuesto de [cuerpo, doblado, apoyado sobre el trasero], etc. Es decir los semas no son necesariamente más simples. Se trata de una red al modo de la Red  informática donde todo se relaciona con todo, pero no de igual manera: existe lo contiguo y lo lejano: es un mapa topológico que entra en juego al hablar o escribir. AHablar con profundidad@ es contemplar mientras se habla un extenso territorio que rodea lo dicho (semas cercanos y lejanos). AHablar con ligereza@ en contemplar sólo los muy cercanos e inmediatos.

     Por lo anterior puede deducirse que semantema y sema son dos conceptos muy cercanos, si no el mismo. Ello es cierto en cuanto a sus manera de enlazarse en la red. Pero existe una importante diferencia que depende del habla, de la escritura, de la emisión de texto: el semantema aparece a través de su correspondiente lexema, mientras que el sema queda abstracto, no se emite ‒si se emite, como estamos haciendo aquí, nombrando algunos, es ya un semantema ligado a la forma que toma al ser emitido.

La riqueza semántica de las palabras varía: las llamadas palabras con significado poseen muchos semas, son ricas (<silla>). En cambio proposiciones, conjunciones son bastante simples, quizá atómicas (indivisibles): <pero> [adversativo]. También son ambiguas: <de> [procedencia] o <de>[material].

 Referencias, anáforas, deixis

Hay lexemas (Aeso@, Ael@, Aaquí@) sin embargo que no poseen significado: sólo apuntan indican algo en el entorno que rodea a la frase, sea el llamado mundo ‒dotado de dos campos de existencia muy generales, espacio y tiempo‒, sea esa parte del mundo constituida por las elocuciones (o escritos) anteriores o posteriores al momento del habla. Los primeros, deícticos, apuntan a entes o partes del mundo. Los segundos, (aná-catá)foras, a lexemas del propio texto (se nos presenta aquí una distinción entre el propio lexema aludido ‒la fora propiamente dicha, o el apuntar a su significado, distinción que no sabemos si ha sido apuntada previamente; desarrollaremos ente punto en otro lugar). Estos deícticos (agrupemos todos esos punteros bajo el mismo nombre) necesitan por lo tanto de manera imperiosa (desesperadamente) del concurso de un contexto que desambigua y resuelve los lugares donde apunta el deíctico. Véase en Fig.3. el esquema de A.G.C.

También los demás lexemas-semantemas precisan del concurso del contexto del acto del habla para alcanzar un significado que podemos llamar satisfactorio en el sentido de que resulta relevante, operativo en este mundo en el que hablamos. Los componentes pragmáticos de lo dicho o escrito son esenciales al significado último del texto, no hay duda de ello. Pero conviene no olvidar esa diferente dependencia de las frases con o sin deícticos; ello queda claro comparando las frases Aeso que viene me asusta hoy@ con Alos perros tienen cuatro patas@: entendemos mucho, sacamos más información de la segunda.

ALa araña tiene ocho patas@ remite apunta al mundo ideal de la Lengua, un repertorio básico de significados ‒ligados a una prepalabra y/o imagen, una especie de raiz como Adestroz@, en definitiva, lo que llamamos aquí semantema‒, en palabras de GC, Amundo del que se habla@, representado en la figura como una estrella abierta (abierta porque admite nuevos componentes).

Decir después Aese bicho me asusta@ remite en cambio a la araña, bien como palabra citada ‒anáfora‒ bien como referencia al mundo de la lengua (araña: peligro, pica).

Decir Alo que dices me asusta@ en cambio remite puramente a lo dicho, es una pura anáfora. Se representa en la figura como flecha que, partiendo de la cadena temporal en el punto o momento en que se está pronunciando una palabra, llega a otro punto de ese transcurso, anterior (izquierda, anáfora) o posterior (derecha, catáfora.).

Y decir, por último, AMira, ahí hay una de ellas@ remite ya al Amundo real@, con un tiempo y un espacio al que apuntamos, donde hablamos yo a , y donde están él y otros entes, como arañas. Se trata en este caso de una deixis ‒designar, apuntar‒ al contexto Amundo donde se habla@, representado como flecha que apunta hacia abajo, el contexto que rodea la emisión, la línea temporal del habla. 

 Contexto Semántico

 Lo forman aquellas palabras que comparten algún sema común. El contexto de una palabra en un texto lo forman aquellas palabras que comparten uno o más semas con ella. De modo que no existe palabra libre de contexto. En cuanto a las diversas acepciones ‒sinónimos en general‒ que una palabras de diccionario tiene ‒ acepciones que comparten igualmente algún sema‒, una vez dentro de un texto, será preferida aquella que comparte más semas con las que la rodean. Esta preferencia no evita por completa la ambigüedad, desde luego, pero reduce las posibilidades de elección, tanto más cuantas más palabras incluya el texto y cuanto más inequívocas ‒no ambiguas, menos acepciones‒. sean éstas.

Retomando el ejemplo de la silla, decir "silla@ ofrece un nulo contexto contextual (perdónesenos la redundancia), y toda la ambigüedad posible; sin embargo, el sema más potente compartido por todas las "sillas@ es en Asentarse@ (si no olvidamos alguno). Si ampliamos el texto, por ejemplo diciendo "silla de madera@ reforzamos uno de los contextos, el más habitual (mueble), probablemente ya elegido. Decir "silla de cuero@ en cambio, remite al mundo de la equitación ‒conservando algún lazo con el mueble, ya que puede ser silla-mueble forrada de cuero‒.

Otras indicaciones desambiguadoras pueden y siempre lo hacen, salvo en ese limbo del metalenguaje lingüístico. El contexto Amundo real@ puede sugerir muy potentemente una interpretación, como decir "silla" en la cuadra de un hipódromo.

Todo esto se proponía ya en nuestra semántica multicontextual

Enlaces

Si contamos ya con significados ‒los semantemas‒ )cuáles son sus enlaces o relaciones?

Buscamos enlaces semánticos, sean estos cuales sean.

Lo dejamos por hoy.


[1] Adoptemos una notación para enfatizar las diferencias o matices a los que aludimos: Lo dicho o escrito, el significante, el lexema, será indicado mediante las usuales comillas. El semantema correspondiente, significado será indicado mediante paréntesis triangular <  >. Los semas, componentes se ese significado serán rodeados de paréntesis cuadrado [ ]. Esta notación individual se extiendo a grupos de esas esas unidades


Vuelta al Principio   Última actualización: viernes, 18 de septiembre de 2015     Visitantes: contador de visitas