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Atención (incluido en Grupo Fundacional de Verso )
Sin atención, y su hermana concentración, no cabe teatro (ni nada, aduce el respondón) porque la forma compartida y creada por los actores así lo requiere para tener éxito.
Hace falta atención a muchas, a muchísimas cosas en el teatro. A la situación ficticia de uno y los demás, al del público, respecto al cual nos presentamos.
Hace falta atención al momento de la obra y al situación subsiguiente. Al texto que uno está diciendo, con los requerimientos de ritmo, de significado y acción.
Y hace falta atención a los demás actores cuando son ellos los que hablan y actúan. naturalmente porque todo lo que hacen y dicen repercute, momento a momento en lo el personaje propio siente, son sucesos que le van llegando, que le sorprenden (porque sólo el actor sabe lo que viene, nunca el personaje) y que le hacen reaccionar continuamente a ello, mediante expresiones faciales, movimientos expresivos, habla por signos. Todos los actores están colgados de lo que ocurre y un desinterés o descuelgue pone de manifestó la trampa del teatro, la bambalina y hacen bajarse en marcha al público del carro de la fantasía.
Especialmente hay que cuidar el atender con toda el alma, cuando el actor ya ha hecho su parlamento o acción, quedando de comparsa hasta el final. Ahí hay que cuidarse, sin caer en la indiferencia del que 'ya ha actuado' y nada espera del resto.
La atención permite compartir lo primero: el tiempo, un tiempo que se hace común y colectivo gracias a ese compartir. Sin ella hay varias situaciones disjuntas aunque simultáneas. No hay una cosa unitaria.
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actualización: Thursday, 21 de February de 2013 Visitantes: