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La escena invade la vida  (incluido en Grupo Fundacional de Verso )

Hemos notado ‒o creído notar‒ un proceso creciente en las tendencias de la puesta en escena en los últimos tiempos (décadas).

Consiste en un irresistible deseo, aspiración de la escena a salirse de su espacio natural, el escenario,  donde estaba confortablemente confinada desarrollando su mentira verdadera. Siempre hubo algo de esto en los apartes que se dirigían al público, sobre todo al final de la obra.

Pero ahora la cosa se intensifica: la escena se siente incómoda e invade el espacio exterior: los aledaños del escenario, los pasillos, los palcos; incluso las lámparas hemos visto ocupar. Los actores se mezclan con el público, ocupan butacas, hablan con él, se pasean, se involucran e involucran al espectador.´Se coloca la director o dramaturgo fuera de la escana, contemplando la obra con ocasionales observaciones a los actores que estos reconocen (acknowledge).

Por otra parte, se intenta (acertadamente pensamos) suprimir los intermedios haciéndolos teatro: lo actores mismos traen y retiran el mobiliarios entre escenas o actos, se introducen en ellos músicas y ruidos realistas: hay una osmosis mutua entre representación y espectación (con 's' y algo de 'x'), las dos simétricas partes del acto teatral.

Otro fenómeno, no idéntico, pero sí relacionado, es la aparición de reflexiones en el propio texto, el drama, sobre esa mezcla u ósmosis entre teatro y vida. Los personajes hablan de su vida tras el fin de la obra ‒y antes de ella‒, presumen de su inmortalidad ‒mientras señalan la mortalidad del espectador.

Esto no parece ser sólo un principio de estilo, de moda o de estética‒que lo es‒- sino también un signo, una iconografía de las concepciones casi filosóficas del que el teatro es vida y la visa es teatro, de la disolución ‒por razones lingüísticas, filosóficas, místicas‒ de los límites entre ficción y realidad, imaginación y hechos.

Es muy interesente todo este fenómeno, el cual, sin duda, siguiente la eterna ley del ir y venir, será seguida de otra con separación clara y estricta entre escena y vida, en otra de esas vueltas de espiral que nos recorren sin cesar.

A su vez, la vida invade la escena: músicos tocan en un estado ambiguo de pertenencia al drama o ambientarlo.

 


Vuelta al Principio     Última actualización:  viernes, 18 de septiembre de 2015  Visitantes: contador de visitas