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Seis escenas: La Vida es Sueño. Tres momentos del amor malogrado entre Segismundo y Rosaura.
Para nuestras Siete escenas cumbres de Nuestro Teatro Clásico. Un montaje
Retocamos ligeramente para eliminar a Clarín.
Métrica: Décimas, Silva, Romance.
Segismundo se queja y rebela contra su condición de preso en una torre apartada sin la libertad de otros seres menores. Rosaura, mujer seducida en busca de su honor, pasa por allí le oye por azar; Segismundo queda deslumbrado y enamorado aún sin saber que es mujer. En un momento después de tornan los papeles y él es rey como en sueños y ella dama en su corte. Él se enciende otra vez y llega casi a satisfacer su pasión. Pero.... sus deberes, su moral o ética le estorban par ello y se libra de la tentación saliendo a luchar para reconquistar del todo su reino y su dignidad. Retocamos enlaces entre los tres momentos y eliminamos a Clarín. ... En llegando a esta pasión, un volcán, un Etna hecho, quisiera sacar del pecho pedazos del corazón. ¿Qué ley, justicia o razón negar a los hombres sabe privilegios tan süave excepción tan principal, que Dios le ha dado a un cristal, a un pez, a un bruto y a un ave? ROSAURA: Temor y piedad en mí sus razones han causado. SEGISMUNDO:¿Quién mis voces ha escuchado? ¿Es Clotaldo, no es ansí? ROSAURA: No es sino un triste, ¡ay de mí!, que en estas bóvedas frías oyó tus melancolías. SEGISMUNDO: Pues la muerte te daré porque no sepas que sé que sabes flaquezas mías. Sólo porque me has oído, entre mis membrudos brazos te tengo de hacer pedazos. ROSAURA: Estaba aquí. No he querido escucharte. Si has nacido humano, baste el postrarme a tus pies para librarme. SEGISMUNDO: Tu voz pudo enternecerme, tu presencia suspenderme, y tu respeto turbarme. ¿Quién eres? Que aunque yo aquí tan poco del mundo sé, que cuna y sepulcro fue esta torre para mí; y aunque desde que nací --si esto es nacer-- sólo advierto eres rústico desierto donde miserable vivo, siendo un esqueleto vivo, siendo un animado muerte. Y aunque nunca vi ni hablé sino a un hombre solamente que aquí mis desdichas siente, por quien las noticias sé del cielo y tierra; y aunque aquí, por que más te asombres y monstruo humano me nombres, este asombros y quimeras, soy un hombre de las fieras y una fiera de los hombres. Y aunque en desdichas tan graves, la política he estudiado, de los brutos enseñado, advertido de las aves, y de los astros süaves los círculos he medido, tú sólo, tú has suspendido la pasión a mis enojos, la suspensión a mis ojos, la admiración al oído. Con cada vez que te veo nueva admiración me das, y cuando te miro más, aun más mirarte deseo. Ojos hidrópicos creo que mis ojos deben ser; pues cuando es muerte el beber, beben más, y de esta suerte, viendo que el ver me da muerte, estoy muriendo por ver. Pero véate yo y muera; que no sé, rendido ya, si el verte muerte me da, el no verte ¿qué me diera? Fuera más que muerte fiera, ira, rabia y dolor fuerte fuera vida. De esta suerte su rigor he ponderado, pues dar vida a una desdichado es dar a un dichoso muerte. ROSAURA: Con asombro de mirarte, con admiración de oírte, ni sé qué pueda decirte, ni qué pueda preguntarte; sólo diré que a esta parte hoy el cielo me ha guïado para haberme consolado, si consuelo puede ser del que es desdichado, ver a otro que es más desdichado. Cuentan de un sabio que un día tan pobre y mísero estaba, que sólo se sustentaba de unas yerbas que comía. ¿Habrá otro --entre sí decía-- más pobre y triste que yo? Y cuando el rostro volvió, halló la respuesta, viendo que iba otro sabio cogiendo las hojas que él arrojó. Quejoso de la fortuna yo en este mundo vivía, y cuando entre mí decía: ¿Habrá otra persona alguna de suerte más importuna?, piadoso me has respondido; pues volviendo en mi sentido, hallo que las penas mías, para hacerlas tú alegrías las hubieras recogido. Y por si acaso mis penas pueden aliviarte en parte, óyelas atento, y toma las que de ellas no sobraren. Yo soy... --------segundo acto en palacio, segismundo rey puesto invierten su posición, arriba.abajo
SEGISMUNDO: ¿Que quizá soñando estoy,
aunque despierto me veo?
No sueño, pues toco y creo
lo que he sido y lo que soy.
Y aunque agora te arrepientas,
poco remedio tendrás;
sé quién soy, y no podrás
aunque suspires y sientas,
quitarme el haber nacido
de esta corona heredero;
y si me viste primero
a las prisiones rendido,
fue porque ignoré quién era;
pero ya informado estoy
de quién soy y sé que soy
un compuesto de hombre y fiera.
Sale ROSAURA, dama SEGISMUNDO: Yo, si admirar hubiera algo en el mundo, la hermosura fuera de la mujer. Leía una vez en los libros que tenía que lo que a Dios mayor estudio debe, era el hombre, por ser un mundo breve; mas ya que lo es recelo la mujer, pues ha sido un breve cielo; y más beldad encierra que el hombre, cuanto va de cielo a tierra. ¡Y más si es la que miro! ROSAURA: (El príncipe está aquí; yo me retiro). SEGISMUNDO: Oye, mujer, detente; no juntes el ocaso y el oriente huyendo al primer paso; que juntos el oriente y el ocaso, la lumbre y sombra fría, serás, sin duda, síncopa del día. ¿Pero qué es lo que veo? ROSAURA: Lo mismo que estoy viendo, dudo y creo. SEGISMUNDO: (Yo he visto esta belleza Aparte otra vez). ROSAURA: (Yo esta pompa, esta grandeza Aparte he visto reducida a una estrecha prisión). SEGISMUNDO: (Ya hallé mi vida). Aparte Mujer, que aqueste nombre es le mejor requiebro para el hombre, ¿quién eres? Que sin verte adoración me debes, y de suerte por la fe te conquisto, que me persuado a que otra vez te he visto. ¿Quién eres, mujer bella? ROSAURA: (Disimular me importa). Aparte Soy de Estrella una infelice dama. SEGISMUNDO: No digas tal; di el sol, a cuya llama aquella estrella vive, pues de tus rayos resplandor recibe; yo vi en reino de olores que presidía entre comunes flores la deidad de la rosa, y era su emperatriz por más hermosa; yo vi entre piedras finas de la docta academia de sus minas preferir el diamante, y ser su emperador por más brillante; yo en esas cortes bellas de la inquieta república de estrellas, vi en el lugar primero por rey de las estrellas el lucero; yo en esferas perfetas, llamando el sol a cortes los planetas, le vi que presidía como mayor oráculo del día. ¿Pues cómo, si entre flores, entre estrellas, piedras, signos, planetas, las más bellas prefieren, tú has servido la de menos beldad, habiendo sido por más bella y hermosa, sol, lucero, diamante, estrella y rosa? (elimino a Clotaldo) ROSAURA: Tu favor reverencio. Respóndote retórico el silencio; cuando tan torpe la razón se halla, mejor habla, señor, quien mejor calla. SEGISMUNDO: No has de ausentarte, espera. ¿Cómo quieres dejar de esa manera a escuras mi sentido? ROSAURA: Esta licencia a vuestra alteza pido. SEGISMUNDO: Irte con tal violencia no es pedir, es tomarte la licencia. ROSAURA: Pues si tú no la das, tomarla espero. SEGISMUNDO: Harás que de cortés pase a grosero, porque la resistencia es veneno crüel de mi paciencia. ROSAURA: Pues cuando ese veneno, de furia, de rigor y saña lleno, la paciencia venciera, mi respeto no osara, ni pudiera. SEGISMUNDO: Sólo por ver si puedo, harás que pierda a tu hermosura el miedo; que soy muy inclinado a vencer lo imposible; hoy he arrojado de ese balcón a un hombre, que decía que hacerse no podía; y así, por ver si puedo, cosa es llana que arrojaré tu honor por la ventana. (elimino a Clotaldo) ROSAURA: No en vano prevenía a este reino infeliz tu tiranía escándalos tan fuertes de delitos, traiciones, iras, muertes. ¿Mas, qué ha de hacer un hombre que de humano no tiene más que el nombre? ¡Atrevido, inhumano, crüel, soberbio, bárbaro y tirano, nacido entre las fieras! SEGISMUNDO: Porque tú ese baldón no me dijeras, tan cortés me mostraba, pensando que con eso te obligaba; mas, si lo soy hablando de este modo, has de decirlo, vive Dios, por todo. --¡Hola, dejadnos solos, y esa puerta se cierre, y no entre nadie! (paso a final y fundo con escena anterior donde casi se la viola) Rosaura está en mi poder; su hermosura el alma adora; gocemos, pues, la ocasión; el amor las leyes rompa del valor y confïanza con que a mis plantas se postra. Esto es sueño; y pues lo es, soñemos dichas agora, que después serán pesares. Mas ¡con mis razones propias vuelvo a convencerme a mí! Si es sueño, si es vanagloria, ¿quién por vanagloria humana pierde una divina gloria? ¿Qué pasado bien no es sueño? ¿Quién tuvo dichas heroicas que entre sí no diga, cuando las revuelve en su memoria: "sin duda que fue soñado cuanto vi?" Pues si esto toca mi desengaño, si sé que es el gusto llama hermosa, que la convierte en cenizas cualquiera viento que sopla, acudamos a lo eterno; que es la fama vividora donde ni duermen las dichas, ni las grandezas reposan. Rosaura está sin honor; más a un príncipe le toca el dar honor que quitarle. ¡Vive Dios!, que de su honra he de ser conquistador, antes que de mi corona. Huyamos de la ocasión, que es muy fuerte). --A un soldado oculto--- ¡Al arma toca que hoy de dar la batalla, antes que a las negras sombras sepulten los rayos de oro entre verdinegras ondas. ROSAURA: ¡Señor! ¿Pues así te ausentas? ¿Pues ni una palabra sola no te debe mi cuidado, ni merece mi congoja? ¿Cómo es posible, señor, que ni me miras ni oigas? ¿Aun no me vuelves el rostro? SEGISMUNDO: Rosaura, al honor le importa, por ser piadoso contigo, ser crüel contigo agora. No te responde mi voz, porque mi honor te responda; no te hablo, porque quiero que te hablen por mí mis obras; ni te miro, porque es fuerza, en pena tan rigurosa, que no mire tu hermosura quien ha de mirar tu honra. Vase SEGISMUNDO ROSAURA: ¿Qué enigmas, cielos, son éstas? Después de tanto pesar, ¡aun me queda que dudar con equívocas respuestas! ÑADIMOS
SEGISMUNDO: ¿Que quizá soñando estoy,
aunque despierto me veo?
No sueño, pues toco y creo
lo que he sido y lo que soy.
Y aunque agora te arrepientas,
poco remedio tendrás;
sé quién soy, y no podrás
aunque suspires y sientas,
quitarme el haber nacido
de esta corona heredero;
y si me viste primero
a las prisiones rendido,
fue porque ignoré quién era;
pero ya informado estoy
de quién soy y sé que soy
un compuesto de hombre y fiera.
ROSAURA: (Yo soy muerta). Aparte
Advierte...
SEGISMUNDO: Soy tirano,
y ya pretendes reducirme en vano.Dentro suena un clarín
CLARÍN: En un veloz caballo
--perdóname, que fuerza es el pintallo
en viniéndome a cuento--,
en quien un mapa se dibuja atento,
pues el cuerpo es la tierra,
el fuego el alma que en el pecho encierra,
la espuma el mar, el aire su suspiro,
en cuya confusión un caos admiro;
pues en el alma, espuma, cuerpo, aliento,
monstruo es de fuego, tierra, mar y viento;
de color remendado,
rucio, y a su propósito rodado,
del que bate la espuela;
que en vez de correr, vuela;
a tu presencia llega
airosa una mujer.
SEGISMUNDO: Su luz me ciega.
CLARÍN: ¡Vive Dios, que es Rosaura!
Vase CLARÍN
SEGISMUNDO: El cielo a mi presencia la restaura.
Sale ROSAURA, con vaquero, espada y daga
ROSAURA: Generoso Segismundo,
cuya majestad heroica
sale al día de sus hechos
de la noche de sus sombras;
y como el mayor planeta,
que en los brazos de la Aurora
se restituye luciente
a las flores y a las rosas,
y sobre mares y montes,
cuando coronado asoma,
luz esparce, rayos brilla,
cumbres baña, espumas borda;
así amanezcas al mundo,
luciente sol de Polonia,
que a una mujer infelice,
que hoy a tus plantas se arroja,
ampares, por ser mujer
y desdichada; dos cosas,
que para obligar a un hombre
que de valiente blasona,
cualquiera de las dos basta,
de las dos cualquiera sobra.
Tres veces son las que ya
me admiras, tres las que ignoras
quién soy, pues las tres me has visto
en diverso traje y forma.
La primera me creíste
varón, en la rigurosa
prisión, donde fue tu vida
de mis desdichas lisonja.
La segunda me admiraste
mujer, cuando fue la pompa
de tu majestad un sueño,
una fantasma, una sombra.
La tercera es hoy, que siendo
monstruo de una especie y otra,
entre galas de mujer,
armas de varón me adornan.
Y porque, compadecido
mejor mi amparo dispongas,
es bien que de mis sucesos
trágicas fortunas oigas.
Mujer, vengo a persuadirte
al remedio de mi honra;
y varón, vengo a alentarte
a que cobres tu corona.
Mujer, vengo a enternecerte
cuando a tus plantas me ponga,
y varón, vengo a servirte
cuando a tus gentes socorra.
Mujer, vengo a que me valgas
en mi agravio y mi congoja,
y varón, vengo a valerte
con mi acero y mi persona.
Y así, piensa que si hoy
como a mujer me enamoras,
como varón te daré
la muerte en defensa honrosa
de mi honor; porque he de ser,
en su conquista amorosa,
mujer para darte quejas,
varón para ganar honras.
DOS: ¡Viva Segismundo, viva!
SEGISMUNDO: Pues que ya vencer aguarda
mi valor grandes victorias,
hoy ha de ser la más alta
vencerme a mí. --Astolfo dé
la mano luego a Rosaura,
pues sabe que de su honor
es deuda, y yo he de cobrarla.Atribuimos Segismundo lel añadido ¿no es aní?, Posible ne la época (aparece en Tirso, Don Gil de las Calzas verdes)
Unas 500 líneas de octosílabo, o sea, unas 4500 sílabas,
a 3 sil/seg, unos 1500 segundos, o sea 25 minutos.
a 4 sil/seg, unos 19 minutos.
Si es sólo la primera comuna, dos momentos, sale todo la mitad: 12 0 9 minutos.
Reduzco a 300 lineas: 10 minutos
Vuelta al Principio Última actualización: Wednesday, 29 de May de 2013 Visitantes: