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Musicoterapia  (escrito en compañía de Paloma Hernández)

Experiencia

La musicoterapia (la técnica o arte de curar por la música) precisa de algunas etapas previas por parte del curador. La primera, relativamente simple, es conocer la música misma en sus dos aspectos principales rítmico y melódico (la harmonía sería una prolongación del segundo). La segunda es el conocimiento del alma humana, mucho más difícil y mucho más larga. Naturalmente este conocimiento debe comenzar o al menos incluir el conocimiento de sí mismo sin lo cual todo es cháchara y vanidad.

Pero comencemos con lo musical y,, ya en ello, con lo rítmico que es relativamente sencillo y de efectos inmediatos.

Rítmica

La rítmica trata de los ritmos, o sea de aquellos fenómenos que ocurren a intervalos iguales temporales en la música, pero también espaciales, como en la arquitectura, la decoración o en la naturaleza.

Podemos definir ritmo musical como un patrón o forma de golpes que se repite sincrónica o cuasí sincrónicamente en el tiempo.

Los golpes tienen diferentes cualidades o rasgos como son el timbre y la intensidad, pero sobre todo su duración (o sea el tiempo que transcurre hasta el próximo golpe).

La frecuencia o velocidad de los golpes nos proporciona un tempo que ya tiene un carácter y expresión y por lo tanto una influencia en las almas de los que en él participan bien tocando, bien bailando, bien oyendo activamente (quedan autoexcluidos los distraídos y charlatanes que toman la música como ambientación, pero incluso hasta ellos llega algo).

La expresión general de los tempi (plural de tempo en italiano) es tranquila, respetable, quizá triste para los lentos, animada, excitante, quizá alegre para los rápidos (recuérdese el allegro), y naturalmente, todo intermedio para los intermedios, es decir, equilibrado, activo, firme para los tempi  medios, como el andante por ejemplo.

Una pequeña experiencia muestra como una vez por segundo es solemne y algo triste (suele llamárselo Adagio). Cuatro por segundo (prestíssimo), pizpireto, y algo agresivo, y una y media por segundo (como andantino o allegretto),  tranquilo y algo triste, algo desolado siente alguno.

Otro elemento expresivo en el ritmo son los golpes que van con el tempo o los que van a contratiempo. Los primeros son ordenadores, serios, algo autoritarios, los segundos son incitantes, rebeldes, sugerentes, revolucionarios en suma. Piénsese ahora si se trata de un juego que tipo de golpes serán convenientes. ¿Los que van a contratiempo? . Error. Hacen falta los dos, porque todo juego precisa de reglas. Ahora bien, hay juegos como el ajedrez y juegos como el parchís. Hay danzas como el rigodón y el Heavy Metal, y en cada uno de estos habrá una proporción  diferente de golpes a tempo y a contratiempo.

Dum-  MA   *     ta  TA te    ke

Este ritmo, a unos 100 por minuto la parte, resulta excitante,

Entonces, por ejemplo alguien deprimido clínicamente, sería ayudado por un ritmo como este , ahora bien para evitar que se descuelgue habría que tomarle donde está y llevarle poco a poco  hacia un ritmo como este, por ejemplo, empezar con un tempo lento con las síncopas o contratiempos poco marcados e ir acelerando el tempo marcando más y más esos contratiempos. Esto es una hipótesis que parece verosímil pero que hay que verificar. Queda esto a cargo de Paloma.

Una experiencia posterior en la que primero se improvisa de manera  y reposada y libre (relativamente porque es un Daromad en el modo Afsharî persa) y una pieza rítmica animada después en el mismo modo arroja la siguiente experiencia, el primero expresa sentimiento, libertad, meditación y expresión vuelta hacia dentro mientras que el segundo es mas de fiesta colectiva, expresa menos pero reúne mas. Así que el ritmo libre y el regular expresarían diferente y son por lo tanto ya útiles para nuestra musicoterapia.

Melódica

Las escalas  con sus proporciones sencillas y complejas tienen un inmenso poder evocador y expresivo pero como decíamos esto lleva más tiempo y para afinar con la voz o un instrumento primero hay que afinarse el alma para que ambos sonidos y espíritu consuenen. Queda mucho por hacer.

Culturillas pitagóricas sobre el tema:

'Thus to have established the relationship between music and space/number fired the imagination of the Pythagorians and was taken up especially by the School of Plato and the subsequent Neo-Platonists. Pythagoras himself wrote nothing which has survived, and so it is the Platonists we have to thank for recording and developing what had hitherto been passed down through two hundred and fifty years of oral tradition.

Pythagoras taught that each of the seven planets produced by its orbit a particular note according to its distance from the still centre which was the Earth. The distance in each case was like the subdivisions of the string refered to above. This is what was called música Mundana, which is usually translated as Music of the Spheres. The sound produced is so exquisite and rarified that our ordinary ears are unable to hear it. It is the Cosmic Music which, according to Philo of Alexandria, Moses had heard when he recieved the Tablets on Mount Sinai, and which St Augustine believed men hear on the point of death, revealing to them the highest reality of the Cosmos. (Carlo Bertelli, Piero della Francesca, p. 60.) This music is present everywhere and governs all temporal cycles, such as the seasons, biological cycles, and all the rhythms of nature. Together with its underlying mathematical laws of proportion it is the sound of the harmony of the created being of the universe, the harmony of what Plato called the "one visible living being, containing within itself all living beings of the same natural order".

For the Pythagorians different musical modes have different effects on the person who hears them; Pythagoras once cured a youth of his drunkenness by prescribing a melody in the Hypophrygian mode in spondaic rhythm. Apparently the Phrygian mode would have had the opposite effect and would have overexcited him. At the healing centers of Asclepieion at Pergamum and Epidauros in Greece, patients underwent therapy accompanied by music. The Roman statesman, philosopher and mathematician, Boethius (480-524 A.D.) explained that the soul and the body are subject to the same laws of proportion that govern music and the cosmos itself. We are happiest when we conform to these laws because "we love similarity, but hate and resent dissimilarity". (De Institutione música, 1,1. from Umberto Eco, Art and Beauty in the Middle Ages. p. 31). '
 


Vuelta al Principio     Última actualización:  jueves, 29 de mayo de 2014      Visitantes: contador de visitas