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SEGUNDO TIEMPO DE SONATA     (incluido en Conversaciones con Felix Sierra)

Conversación nº  23 (10- 3- 03)

¿Y el segundo tiempo? ¿tiene también una estructura típica, o, al menos reconocible? Veamos, por ejemplo, el bellísimo e inquietante 2ª tiempo de la 40 de Mozart K. 550.

Al oírlo despacio y deprisa se nota ya una inquietante similitud con el primer tiempo: hay un principio contrapuntístico, como fugado, que es, bien un primer tema o, mejor, quizás una introducción (la tonalidad, por cierto, es el otro relativo mayor de la tónica menor, el inferior: Mib mayor, respecto a Sol menor, una dulce joven rodeada de dos colosos).

Después hay un tema en esa tónica y luego aparece otro en la dominante de ese Mib, Sib, ¿que eso ocurre con frecuencia, el contrastar con el principio? De acuerdo, pero sigue recordando al primer tiempo de sonata

También se oyen después unos pasajes de mucha modulación que recuerdan a un desarrollo. Apunta F. que en Beethoven el 2º tiempo, frecuentemente, tenía la forma del primero, pero no en Mozart, claro que la 40 es la penúltima de sus sinfonías.

Antes de seguir con el análisis del 2º tiempo, o mejor, de afinarlo, ya se nos ocurre que esa estructura dramática que constituye el primer tiempo era tan perfecta, tan satisfactoria, que se propagó a los demás tiempos de la sonata anteriormente más sentimentales o lúdicos: la sonata se hace densa, reflexiva, una estructura de estructuras que, si no explica su larga vigencia, por lo menos la hace verosímil, había mucha arquitectura en esa forma.

 Y se nos ocurre, también, otra de las razones, o la misma, quizá, de la calidad de una obra: estructura, forma, contraste dinámico y resolución, todo por sus pasos secuenciales.

 De igual manera que Segismundo, en conflicto con su padre y con el mundo, tras mil golpes resuelve uno a uno esos conflictos y se transforma a sí mismo en esa resolución, lo cual constituye la esencia del drama, de todos los dramas, ese segundo tema, en conflicto con el primero, los viajes en búsqueda de sí mismo, los viajes iniciáticos en el desarrollo y la vuelta y concordia final en la tónica, todo ello proporciona dinamismo y forma, proceso, significado, dice y es. Eso es ser bueno.

 Este segundo tiempo de la 40 que resulta tan denso y significativo, pues encontramos que es tiene una rica estructura sólida y trabada. Muy diferente de bellas y graciosas melodías con poca estructura, que serían solamente un divertimento, o gracioso, o sentimental, pero no definitivamente bueno.

 Cuando decimos estructura no queremos decir una jaula de hierro, ¡ojo!, nos referimos, más bien, a diferentes partes bien trabadas en un todo armónico, lo cual incluye un elemento de sorpresa, blando, un pequeño patio interior con arriates, una fuente y sombra, entre dos almenas (como el que hay en el alcázar de Segovia que puebla pavos reales).

 Esa estructura armónica, como el jardín que reclama agua, y reclama el laberinto, tiene partes duras y blandas, partes previsibles y partes imprevisibles. Lo imprevisible no puede preverse en detalle, pero sí se prevé su existencia, su inclusión. Otra vez ¡Ojo!.

 


Vuelta al Principio     Última actualización:  Tuesday, 09 de July de 2013      Visitantes: contador de visitas