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Ritmos turcos en la red  (incluido en Conversaciones con Félix Sierra)

Conversación nº 7 (3-11-03)

 

Hoy hemos retocado la página de Ritmos del Semâ incluido en el curso sobre música derviche impartido por Javier Sánchez en el Doctorado en Música de la Autónoma, en 2003-2004.

 

Tras corregir los ritmos en notación musical con fuente Petrucci, se han grabado esos ritmos interpretados con un bendir (pandero), en formato AwavA, a la espera de pasarlos a AMP3". (hecho)

 

 Se han incluido vínculos a esos archivos musicales desde la página publicada, para contemplar el ritmo en notaciones de cajas y convencional mientras se oye.

 

En los comentarios a los ritmos se ha incluido una estimación de su subdivisión, y decimos una estimación porque su naturaleza no repetitiva, sin pies o clausulas repetidas regularmente no permite más que conjeturar la subdivisión aludida.

 

No obstante, hay indicios que la permiten, al menos, parcialmente:

 

1. El DUM suele ser principio de cláusula rítmica.

2. Cuando hay dos timbres iguales, el primero está más marcado.

3. Golpe corto seguido de largo sugiere el segundo como marcado, es decir, principio de clausula.

4. Algunos ritmos cortos admiten dos partes simétricas.

 

Es posible encontrar células repetidas 3 ó 4 veces que sugieren fuertemente un subcompás regular, generalmente de tres partes como en los dos devri kebir. El problema es que esa aparente simetría, bien al final, bien al principio, creando un compás de cuatro, parecido a los de tres, pero no igual. Todo apunta a que los derviches, en una parábola o metáfora de la ruptura de los condicionamientos, como paso previo al desarrollo espiritual, componen y ejecutan ritmos que rompen toda regularidad cuando se convierte en espectativa mecánica. Así, el música y el oyente no puede descansar en una repetitividad placentera, de igual modo que el derviche no debe descansar en una visión automatizada del mundo.

 

En ese sentido, se encuentran, a veces, motivos o temas melódicos que se corresponden a diferentes partes del ritmo, como si se deseara romper una vinculación rígida, automática entres melodía y ritmo.

 

Por otra parte, el número de partes de estos ritmos, 9, 10, 14, 28, 56, impide, obviamente, toda repetitividad fácil y obliga a estar muy consciente del momento del compás o ciclo rítmico en que nos encontramos.

 

Parece ser, pues, que la música derviche no está diseñada para producir placer, sino como herramienta de evolución personal, es un arte, pues, funcional, aunque con una funcionalidad de alto orden educativo.

 


Vuelta al Principio     Última actualización:  Tuesday, 09 de July de 2013      Visitantes: contador de visitas