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Réquiem de Mozart. Resumen  (perteneciente a Canto Coral)

 

¿Por qué es bueno Mozart?

 Esta pregunta, cuando la he formulado a expertos, les ha causado desasosiego primero, luego ira. Y respondían con obviedades (por consenso universal) o por peteneras (destapa el pomo de las esencias) . Porque no saben por qué, algo humillante. Intentemos modestamente nosotros, paso a paso, inquirir sobre el asunto.

Si Mozart es bueno, y así nos lo parece también a nosotros, será, salvo que lo atribuyamos a don divino, genio…, porque hace algo con los elementos del lenguaje musical común—motivos, melodía, armonía, escalas, tempo, ritmo— que no hacen otros coetáneos, Si en efecto hace algo diferente, debemos reformular la pregunta:  ¿Cómo es bueno Mozart?  Veamos que vamos encontrando.

La primera, y todas las sucesivas, vez que le oímos, nos lleva de sorpresa en sorpresa. Todo parece nuevo, nunca se estanca, siempre ofrece cambios y giros inesperados, aunque dentro de un estilo, con unas reglas, el estilo Mozart. Seleccionamos al azar una pieza considerada como muy buena, su Réquiem,  una obra que nos ha impresionado enormemente, incluso cantada por coros aficionados de pueblo. Sólo las obras grandes soportan y vencen circunstancias adversas. Y este Requiem lo es, sin duda. Pese a que lo dejó inacabado y fue completado por alumnos aventajados que le conocían. ¿Cómo pudieron? Porque había método y forma en su hacer musical, porque no eran cambios caprichosos sino profundos y estructurales.

Si tomamos los motivos (esas melodías cortas que se repiten parecidas) como elemento de novedad, veremos que su repetición contigua no suele pasar de dos veces: enseguida rechaza lo esperado e introduce un nuevo motivo o una seria modificación del anterior.

Abajo vemos la partitura del principio del Dies Irae.  (Quienes no sepan leer música, podrán sin embargo ver perfectamente la figura del motivo y su sonido. Lo reconocerán perfectamente). Veamos y oigamos como

suena.

En la pagina anterior encontramos un primer motivo en las cuatro voces, de las que representamos la primera, la soprano.

Secuencia de motivos:

Motivo	Ver	Duración	Veces	Primera aparición	Segunda aparición
Motivo1 Soprano		largo	2	Compases 1-2 Sonidos/MR-DI-M1a.wav	Compases 3-4 Sonidos/MR-DI-M1b.wav
Motivo2 Soprano		corto	2	Compases 4-5 Sonidos/MR-DI-M2a.wav	Compases 5-6  Sonidos/MR-DI-M2b.wav
Motivo3 Soprano		largo	1	Compases 6-7  Sonidos/MR-DI-M3.wav

 

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una primera forma de hacerlo es modular, modular constantemente y pasajeramente, muy a menudo sobre una misma frase. entonces se oye algo que es lo mismo pero varía, de color, de tono, como una cascada de colores sobre un mismo objeto. La frase, el motivo, nos llega reconocible pero revestido con ropajes nuevos y sorprendentes, Esa es nuestra impresión al cantarlo.

Cantarlo exige por lo tanto un percibir esos cambios harmónicos  antes de que ocurran, hay que prever, o mejor, preoir el nuevo tono y situarse en él, aunque en seguida se vuelve a cambiar.

Nuestro método está siendo el establecer la tonalidad momentánea en al que se canta y calcular y escribir el intervalo entre los finales  de frase y principios de la siguiente de la misma cuerda cuando está cercano, o de otra reconocible. De modo que hay que tener preparados las octavas, quintas y cuartas, terceras, sextas, séptimas, cuartas  aumentadas y quintas disminuidas. (por orden aproximado de dificultad). E intervalos  desligados de una escala, como tonos y semitonos.

 

Sé que muchos cantores memorizan obras muy largas como una melodía, lo que es sorprendente por la memoria auditiva que supone. Nosotros adoptamos la técnica anterior, que nos da seguridad.

 

Vea algunas técnicas harmónicas mozartianas en Audaces harmonías en la música antigua

 

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Vuelta al Principio     Última actualización:   viernes, 16 de febrero de 2018   Visitantes: