Esta página está en construcción: perdonen los errores y temas inacabados.

This page is being developed: I am sorry for errors and unfinished subjects.

METÁFORA

 

La metáfora, un uso de palabra o frase con sentido distinto del habitual, aunque relacionado con él, es una aplicación inmediata del modelo estructural de semantema –vocablo-concepto como un conjunto de semas‒: se usa un semantema en lugar de otro que comparte con él uno o varios semas, importantes.

 

Si decimos “Dios es nuestra fortaleza”, usamos el sema ‘fuerte’ de ‘fortaleza’, sema incluido en los de ‘Dios’ ‒uno de sus atributos divinos. Si decimos “perlas de rocío”, usamos como enlace semántico entre “perlas” y “gotas” los semas ‘redondo’ y, quizá, ‘precioso’, blanco’, etc.

 

¿Y por qué esta simple argucia semántica es tan importante para la poesía?

 

Porque en lugar de ofrecernos lo sabido, nos obliga a un aprendizaje. En lugar de lo muerto, clasificado e inactivo, lo vivo, inclasificado, activo y activante.

 

Al sernos presentada la metáfora –la metáfora nueva, desconocida, no la consagrada ya como lugar común, igualmente convertida en información muerta (“Y así ponemos punto final a...”)– la mente y sus adláteres –emoción, fantasía..– se ponen en marcha ante el reto: ¿dónde colocar, relacionar con el contexto esto que nos llega?, ¿cómo entender lo que a ras de tierra carece de significado?. Repetimos, las potencias espirituales se ponen en marcha y eso nos hace vivir el momento. En lugar de saber, vivimos. En el proceso llegamos siempre a algún punto –no siempre el mismo, no todos el mismo– y el que llega no es el que partió: hemos cambiado algo, comprendido algo, ampliado algo nuestro modelo del mundo, nuestra manera de contemplarlo. La metáfora nos cambia.

 

Por eso es una componente indispensable del arte, de la poesía. Por eso se distingue el lenguaje poético del lenguaje del periódico, y por eso en arte hay que ofrecer procesos, y no situaciones dadas a la mente y el espíritu.

 

De modo, fijémonos bien, no se trata de emplear ‘temas poéticos’, no de hablar de bosques o fuentes, o noches de luna, o lo que sea. Se trata de que, sea cual sea el tema, haya metáfora, haya caminos nuevos para el significado, y ese recorrerlos nos haga vivir, aprender y cambiar. De eso, y es mucho.

 

Metáfora, sin ti no hay poesía.


 

Vuelta al Principio  Última actualización: viernes, 18 de septiembre de 2015  Visitantes: contador de visitas