Cambio de sexo

Se consigue en nuestro sistema mediante dos operaciones:

1. Una elevación del tono sin variar la velocidad de reproducción: este cambio conserva los valores de los formantes de la voz, Como vimos antes, se genera ese cambio mediante la ampliación o reducción de la longitud del periodo, sin variar su forma.

2. Un cambio de la velocidad de reproducción  ya conocida como ligada al cambio de sexo. Este cambio debe contrarrestarse con una mayor duración de la señal, para que la duración efectiva sea constante.

Ambos cambios son necesarios y complementarios, ya que le cambio de tono puede llegar a la octava, mientras que los formantes deben cambiar mucho menos, sólo unos tres u cuatro semitonos (entre 20 y 30% para cambio de sexo (entre mujer y hombre) y sobre el 50 o 60% para cambio de edad (entre adulto y niño-niña).

Así que, por ejemplo,  subiendo el tono  9 semitonos y la velocidad 3, se alcanza una buen cambio de voz masculina a femenina.

Para valores mayores de cambio de velocidad se produce una cambio excesivo de los formantes que podemos reconocer como voz de 'pato Donald' al subir. Al bajar, un rugido leonino. Aunque ambos voces cambiadas siguen inteligibles, sobre todo la primera. Por otra parte, un cambio único de tono conserva completamente el sexo: perceptivamente es sólo un cantar más alto o más bajo de la misma persona.

Este cambio simulado de sexo opera incluso con voz susurrada, ya que es este caso, aunque no hay tono, sí hay formantes y timbre vocálico, con lo que la dicción es perfectamente inteligible. No opera, en cambio, naturalmente, la componente de cambio tonal, inexistente en tramos sordos.